La leche materna refuerza el sistema inmunológico del bebé y ayuda a prevenir cuadros como bronquiolitis y neumonía, frecuentes en menores de dos años durante el otoño e invierno.
En los meses de mayor circulación de virus respiratorios, especialmente durante el otoño y el invierno, la lactancia materna se destaca como una herramienta fundamental para proteger la salud de los bebés.
La leche materna es el único alimento que proporciona todos los nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo del sistema inmunológico del recién nacido. Además, aporta anticuerpos naturales que ayudan a prevenir enfermedades respiratorias como la bronquiolitis y la neumonía, causadas principalmente por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), el cual afecta con mayor frecuencia a niños menores de dos años.
En este sentido, la directora de Salud Materno Infanto Juvenil del Ministerio de Salud de Entre Ríos, Georgina López, subrayó: “Cuando el bebé está enfermo es el momento en que más tenemos que amamantar. La leche genera inmunidad natural y permite una mejor recuperación gracias a una buena nutrición”.
López también remarcó que, incluso si la madre presenta alguna enfermedad infectocontagiosa, se debe sostener la lactancia, extremando medidas de higiene y usando barbijo en caso de tos, ya que “es el mejor factor protector”.
En el marco de las acciones preventivas, este año se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación la vacuna contra el VSR para embarazadas entre las 32 y 36 semanas de gestación. Esta inmunización se aplica en una única dosis y permite transferir anticuerpos al bebé por vía transplacentaria y luego a través de la lactancia, ofreciendo protección durante los primeros seis meses de vida y reduciendo significativamente el riesgo de internación y mortalidad por infecciones respiratorias.
Por último, desde el Ministerio de Salud provincial se adhiere a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconseja sostener la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y continuarla hasta los dos años o más, combinada con otros alimentos adecuados.
La promoción de la lactancia no solo contribuye a la salud individual del bebé, sino también a la salud pública, al reducir la carga sobre los sistemas sanitarios durante las épocas de mayor demanda.
