Emotivo homenaje en la Escuela Normal a las promociones 1958, 1959 y 1960

En el marco del aniversario de exalumnos de la Escuela Normal, se realizó un sentido acto en el que se homenajearon las promociones 1958, 1959 y 1960. El evento reunió a generaciones de estudiantes y docentes que compartieron recuerdos, anécdotas y el profundo vínculo que los une a la institución.

Edith, una de las homenajeadas y quien también fue profesora durante décadas en el jardín de la Escuela Normal, emocionó a los presentes con sus palabras. “Estoy feliz de estar acá reunida con las promociones. Inicié el jardín en 1938”, relató. A su lado, una mujer que la escuchaba con atención agregó: “Fue maestra de uno de mis cuatro hijos”.

Este tipo de encuentros no solo permiten revivir la historia educativa de la ciudad, sino también valorar el impacto personal de docentes como Edith, cuya huella quedó marcada en generaciones enteras.

Recuerdos que siguen vivos

Durante la ceremonia, otra asistente compartió una anécdota que conectó la historia familiar con la historia institucional: “Mi mamá fue promoción 1936 y cuando cumplió 90 años el jardín, ella hizo la bandera en el salón de actos de la Escuela Normal”. Estos recuerdos, entrelazados con objetos y gestos simbólicos, dan cuenta de la continuidad emocional y educativa que representa la Escuela.

Visiblemente conmovida, Edith volvió a tomar la palabra y expresó el significado profundo que tiene para ella la institución: “No solo hice toda la carrera desde el jardín hasta recibirme de maestra, sino que trabajé 28 años en el jardín”. Sus palabras arrancaron aplausos y miradas de admiración de los presentes.

El salón se llenó de nostalgia, gratitud y alegría, en una jornada donde el pasado y el presente se encontraron en una misma emoción colectiva.

Una medalla con historia

Teresa, presidenta de la asociación de exalumnos, también brindó unas palabras que reflejaron el espíritu del evento: “Estamos re contentos toda la comisión. Hay felicidad por la convocatoria, por las presencias de los que están y los que no están, que los hemos recordado”.

Como símbolo de reconocimiento, se entregaron medallas con la figura del sembrador, que representa una metáfora muy sentida por toda la comunidad educativa. “Va desparramando el surco fértil, que es el conocimiento y que intentamos modestamente seguir echando las semillas para florecer y fructificar”, explicaron desde la organización.