Como cada año, estudiantes de la localidad celebraron el cierre de su ciclo secundario con la tradicional quema del muñeco. "Corchito" fue el protagonista de la noche.
Con entusiasmo, antorchas encendidas y cánticos, estudiantes de los últimos años del nivel secundario celebraron este domingo la tradicional quema del muñeco en San José. El evento, cargado de simbolismo y alegría juvenil, tuvo lugar en el predio Multieventos y contó con una nutrida participación de alumnos, docentes, familias y vecinos de la ciudad.
La figura central del ritual, conocida como “Corchito”, fue confeccionada por los propios estudiantes durante las semanas previas. Su quema simboliza el cierre de una etapa y el comienzo de otra: la despedida de la escuela secundaria y la bienvenida a una nueva etapa en la vida de los jóvenes.
La quema del muñeco es una costumbre arraigada en muchas localidades de Entre Ríos, y en San José se ha transformado en un evento esperado tanto por los estudiantes como por la comunidad. Esta edición, a diferencia de años anteriores, se realizó bajo estrictos protocolos de seguridad.
La quema del muñeco en otra localidad
A pesar de la amenaza de lluvia, la comunidad de Colón vivió una noche mágica el sábado de la semana pasada con la tradicional quema del muñeco en el Parque Quirós. El evento, organizado por la '25, se realizó tal como lo marca la tradición, cerrando una semana llena de festividades y celebraciones. En cuanto a la jornada, comenzó alrededor de las 19.30 con la bendición en el atrio de la Parroquia Santos Justo y Pastor, donde los participantes, con antorchas encendidas, se prepararon para recorrer las calles de la ciudad en procesión.
La caminata, que avanzó por Avenida Urquiza y luego por la costanera, fue un acto cargado de simbolismo. La quema del muñeco, que es una de las costumbres más esperadas del año, marcó el cierre de la festividad, con la presencia de miles de colonenses que no dejaron que el pronóstico de lluvia opacara la celebración. Asimismo, la imagen del muñeco, representando el fin de un ciclo, se consumió en llamas mientras el público observaba en un ambiente lleno de emoción y tradición.