Un jubilado de Mendoza inició una demanda por más de $152 millones contra AstraZeneca y el Estado, tras alegar secuelas graves de la vacuna contra el COVID-19. El caso busca cuestionar la ley de 2020 que exime a los laboratorios de responsabilidad civil.
Un jubilado mendocino presentó una demanda por $152 millones contra el Estado argentino y el laboratorio AstraZeneca, tras denunciar que padeció una trombosis venosa profunda (TVP) como efecto adverso de la vacuna contra el COVID-19.
La presentación judicial incluye reclamos por daño físico y moral, gastos médicos, incapacidad permanente, pérdida de oportunidades laborales y recreativas, así como un daño punitivo contra el laboratorio. Según consta en el expediente, las secuelas le impiden realizar tareas cotidianas como operar maquinaria agrícola, practicar deportes o viajar.
El demandante pudo costear estudios médicos y asesoría legal para cumplir con los peritajes que exige la normativa, que coloca toda la carga probatoria sobre la víctima.
La ley que protege a los laboratorios
El caso enfrenta un obstáculo legal: la Ley 27.573, sancionada en octubre de 2020 durante la gestión de Alberto Fernández. Esa normativa permitió al Gobierno firmar contratos confidenciales con laboratorios internacionales y eximió a las farmacéuticas de responsabilidad civil por efectos secundarios de las vacunas.
En lugar de demandas judiciales directas, la ley obliga a los damnificados a recurrir al Fondo de Reparación COVID-19, un mecanismo administrativo que otorga compensaciones limitadas y únicamente en casos graves y científicamente comprobados.
El jubilado, además de la indemnización económica, pretende impugnar la constitucionalidad de la norma, lo que podría abrir un debate sobre el derecho a la reparación integral en el marco de campañas de vacunación masiva.
Antecedentes en el país y el mundo
En Argentina se tramitan otras demandas por secuelas graves, como el síndrome de Guillain-Barré y la púrpura trombocitopénica. A nivel internacional, un tribunal de Barcelona reconoció como accidente laboral los efectos adversos sufridos por un docente tras recibir la vacuna de AstraZeneca, lo que marcó un precedente en la jurisprudencia europea.
Por su parte, el laboratorio ha reconocido la existencia de efectos secundarios poco frecuentes como la trombocitopenia trombótica inmune, aunque insiste en que los beneficios de la vacunación superan ampliamente los riesgos. (NA)