REDACCIÓN ELONCE
Hinchas de Neuquén palpitaron la final de la Liga Paranaense de Fútbol con entusiasmo, nervios y esperanza de conquistar la quinta estrella frente a Atlético Paraná.
Este sábado, se define al nuevo campeón de la Liga Paranaense de Fútbol, y los hinchas de Neuquén palpitan la final con gran expectativa en la cancha de Don Bosco. El club del barrio homónimo buscará su quinta consagración en un clima cargado de emoción, donde el protagonismo también lo tienen las familias que acompañan con fervor desde las tribunas.
“Tengo unos nervios bárbaros. Vamos por la quinta estrellita si queremos hoy. Hay una expectativa bárbara. He visto por tele los otros partidos. Estoy firme con el Pingüino”, expresó un fanático, mientras se preparaba para vivir el esperado encuentro decisivo. Su sobrino, Santino García Cuevas, tendrá un papel especial, lo que suma aún más emoción al duelo.
En uno de los sectores asignados para los simpatizantes de Neuquén, el aliento se mezcla con el mate, las camisetas y las ilusiones. Todos comparten un deseo: ver al equipo levantar la copa una vez más.
Una hinchada que respira fútbol y familia
“La gente de Neuquén es muy familiera. Hay muchas mujeres, niños. Es la única hinchada que no hace drama a la cancha que vaya”, destacó un seguidor que acompañó a su familia a la final. Con confianza, se animó a proyectar un resultado ajustado pero suficiente: “Anhelo un simple 1-0 para ganar otro campeonato”.
A pocos metros, Jeremías aportó su análisis con optimismo: “Neuquén viene jugando muy bien” y aseguró que ve posible una victoria por 2-0. Para muchos, no se trata solo de ganar, sino de disfrutar cómo juega el equipo, algo que ya es parte del sello futbolístico del club.
“Siempre vengo y me encanta venir a ver a Neuquén. Siempre vengo a disfrutar, que Neuquén juega hermoso”, dijo otro simpatizante, que no se pierde ningún partido. Para estos fieles, cada encuentro es una fiesta y una tradición familiar.
Nervios, ilusión y pasión en Don Bosco
Entre los más jóvenes también se vive con intensidad la antesala de la final. Guadalupe, vestida con el uniforme oficial del club, compartió sus sensaciones sin filtro: “Lo vivo con muchos nervios”. A su alrededor, chicos y chicas vestían los colores del Pingüino, entre abrazos y cánticos espontáneos.