Con la participación de más de 200 jugadores de todo el país, se llevó a cabo en el Club del Progreso la primera fecha del circuito clasificatorio para torneos internacionales. El campeón fue José Oliva, de Córdoba.
Durante el fin de semana largo, la ciudad de Paraná fue epicentro de un evento deportivo de relevancia nacional: el Campeonato Argentino de Billar en la modalidad 5 Quillas. La competencia, que tuvo como escenario el Club del Progreso -ubicado en calle Urquiza-, se desarrolló con gran éxito y una nutrida participación.
Organizado por la Federación Argentina de Billar (FAB), el torneo fue el primero de cuatro encuentros que integran el circuito clasificatorio rumbo a competencias internacionales. Los resultados de este certamen serán clave para definir a los representantes argentinos en torneos continentales y mundiales que se celebrarán a lo largo del año.
En lo estrictamente deportivo, el campeón fue José Oliva, oriundo de Córdoba y representante de la Asociación Cordobesa de Volantes. El segundo lugar fue para el rosarino Marcelo Bonvillani, en representación del Club Social Zona Sud. El podio lo completó otro cordobés, Gustavo Torregiani, del Club Leones, mientras que Lautaro Menghi, del Club San Carlos de Los Surgentes, se ubicó en el cuarto puesto.
Las partidas comenzaron el viernes por la mañana y se extendieron hasta la noche del domingo, momento en que se definieron los ganadores en las distintas categorías. En total, participaron 203 jugadores provenientes de distintos puntos del país, lo que reflejó el alto nivel de convocatoria del certamen.
“Todo se desarrolló de manera normal y se dieron cita unos 203 jugadores de diferentes puntos del país. Fueron tres días de competencia en el Club Progreso de Paraná. Estamos muy conforme por lo vivido el fin de semana largo”, expresó Hernán Menna, miembro de la Subcomisión de 5 Quillas de la Federación Argentina de Billar.
La modalidad 5 Quillas es una de las variantes más complejas y técnicas del billar. Muy popular tanto en Sudamérica como en Europa, se juega sobre una mesa sin troneras y con cinco pequeños bolos (quillas) dispuestos en el centro. La dinámica consiste en sumar puntos al impactar la bola contraria y, opcionalmente, derribar las quillas.
Esta disciplina exige precisión, cálculo geométrico y una estrategia minuciosa para planificar los tiros y las posiciones. A esto se suma un ambiente de absoluto silencio, en el que los jugadores compiten vestidos con chaleco, moño y corbata, como lo dictan las normas de etiqueta de este deporte.
El éxito del torneo en Paraná ratifica el crecimiento del billar argentino y deja grandes expectativas para las próximas fechas del circuito clasificatorio rumbo a las competencias internacionales.
