"El Papa Mostró no solo los éxitos, sino también las miserias de la humanidad", expresó el sacerdote Germán Brusa tras la muerte del Papa a los 88 años, ocurrida un día después de su última aparición pública en Pascua.
El Papa Francisco murió este lunes a los 88 años, según confirmó el Vaticano a través de un comunicado difundido por su canal oficial en Telegram. Su fallecimiento se produjo apenas un día después de su última aparición pública, durante la celebración de Pascua, donde se dirigió al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Tras conocerse la noticia, el sacerdote Germán Brusa, que estuvo a cargo de la parroquia San Martín de Porres de Paraná y actualmente en Córdoba, expresó su pesar y destacó el legado espiritual y pastoral que deja Francisco.
“Francisco siempre nos dio signos, hasta el último momento. Vivió su última Pascua en la tierra y pasó a la definitiva. Su legado está lleno de gestos”, señaló Brusa.
El sacerdote reconoció que “si bien sabíamos que su salud estaba muy deteriorada, esta noticia no deja de sorprendernos”.
En ese sentido, subrayó que “el Papa nos dejó una Iglesia abierta, de diálogo con todo el mundo, y visibilizó realidades que durante mucho tiempo se tendieron a ocultar, como la pobreza, los recursos naturales y otras situaciones que solían esconderse bajo la alfombra”.
Desde el inicio de su pontificado, cuando eligió su nombre en honor a San Francisco de Asís, Jorge Mario Bergoglio orientó su misión hacia “una Iglesia para los pobres y muy cerca de los que sufren, con signos y enseñanzas concretas”, sostuvo Brusa.
Además, destacó que “Francisco no fue solo una figura mediática, sino también el autor de profundos cambios dentro de la Iglesia, especialmente a través de sus escritos”.
“El Papa nos dejó cosas irreversibles, como el camino hacia un mayor protagonismo de las mujeres en la vida eclesial. Ese será el punto de partida para que quien lo suceda pueda seguir caminando”, afirmó.
Finalmente, Brusa resaltó el impacto del Papa en las nuevas generaciones: “Hoy hay una generación de jóvenes, sacerdotes e incluso obispos que no pueden callar todo lo que han visto y oído”.
“El Papa trató de mostrarnos el mundo tal como es, no solo en sus éxitos, sino también en sus miserias. Nos recordó que Dios es nuestro único Padre, y eso nos hace a todos hermanos”, concluyó.