Con el esfuerzo de padres e integrantes de la ONG, desde hoy contarán con un espacio propio en el que seguir ayudando a personas con patologías alimentarias. Será esta tarde, a las 19.30, en calle Courreges 456 de Paraná.
Esta tarde, a las 19.30, en calle Courreges 456 de Paraná, se realizará la inauguración de la sede propia de Aluba – Fundación Centro, de Prevención, Atención y Lucha contra la Bulimia, la Anorexia y otras Enfermedades Sociales. Se concreta así un sueño que demandó 8 años de arduo trabajo, pero que hoy da sus frutos y con creces.
La obra está finalizada en un 90%, y sólo “resta pintar los techos y parquizar el fondo”, apuntó a El Diario el delegado de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (Aluba) –Fundación Centro Paraná, Rodolfo Montero, quien admitió sentirse “tremendamente feliz” por este logro alcanzo con el esfuerzo, tesón y valentía de quienes integran esta asociación que sostiene con fondos propios el tratamiento de los 50 pacientes que actualmente asisten a la institución.
El de ayer fue un día de idas y vueltas para el personal de la ONG, que desde la mañana comenzó a hacer el traslado de mobiliario y documentación a la nueva sede que se erige sobre 220 metros cuadrados y contará con consultorios, salas de espera, baños adaptados para personas discapacitadas, un salón de usos múltiples.
Montero adelantó a esta Hoja que el lunes retomarán la atención a pacientes y el trabajo con los terapeutas y médicos clínicos “en una sede propia donde además podremos ahorrar mucho dinero que hasta hoy veíamos volcando en alquileres”, enfatizó. “Después de 15 años dejamos de deambular”, sentenció.
A conciencia. Aluba–Fundación Centro es una organización no gubernamental dedicada al tratamiento de patologías alimentarias más grande del mundo, con 150 profesionales en todo el país y 30 años de historia.
“En 2014 atendimos más de 1.000 pacientes y dimos muchas altas, estamos felices por nuestro trabajo y siempre salen fuerzas de algún lado para seguir”, destacó Montero.
Sólo en Paraná atienden a 50 pacientes de toda la provincia, de los cuales 30 llegan derivados de hospitales públicos y son atendidos en forma gratuita, atentos a su situación de indigencia y falta de obra social.
“El 30% de nuestros pacientes pagan el tratamiento a través de su obra social y el 70% restante son indigentes o carecen de cobertura social ni aporte estatal”, confirmó el dirigente.
En numerosas provincias argentinas el trabajo de Aluba es reconocido y subsidiado por los gobiernos. En este sentido, se recordó que la hija de un diputado chaqueño fue tratada en Aluba Paraná y eso permitió que en Chaco se construya –con un presupuesto de $1,5 millones– un hospital para atender las patologías alimentarias, que fue inaugurado hace tres meses.
“En Tucumán, Aluba recibe un subsidio mensual para su funcionamiento, también sucede en Mar del Plata y Córdoba”, enumeró el delegado.
Entre los logros de esta institución, se destaca la labor del equipo terapéutico con posgrado en patología alimentaria; la presencia de pasantes de la Universidad Católica Argentina y la Universidad Autónoma de Entre Ríos que se capacitan en este espacio. Además, realizan cursos para que los profesionales de la salud puedan hacer un buen diagnóstico de una enfermedad que va mutando al ritmo de los cambios de la sociedad. En el mismo sentido, capacitan en acompañamiento terapéutico, y este año firmaron un convenio con la Universidad Siglo XXI para efectuar cursos de extensión con la Universidad de Córdoba.
Hay padres que ayudan a otros en cuanto a la contención; en tanto que psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos, profesores de dibujo, de gimnasia, de artes visuales, actividades prácticas y profesores de teatros son colaboradores externos.
“Con la nueva casa vamos a tener más espacio para albergar a las familias, porque trabajamos para mejorar la calidad de vida de todo un grupo que se ve sacudido por esta problemática; por eso también tenemos grupos de autoayuda para pacientes, padres y hermanos”, sostuvo Montero.
Además, avizoró la posibilidad de dictar cursos de capacitación en el flamante salón de usos múltiples (de unos 70 metros cuadrados).
En este sentido, recordó que el año pasado capacitaron a 750 docentes, brindándoles herramientas para detectar patologías alimentarias y saber cómo actuar cuando un alumno presenta estos signos. En la misma línea, dictaron cursos para profesionales de salud, a fin de que puedan tener un correcto diagnóstico de la enfermedad.
“Contar con un lugar propio va a potencia todo nuestro trabajo”, garantizó Montero.
El proyecto de la sede propia comenzó hace 10 años, cuando el entonces intendente de Paraná, Sergio Varisco cedió el terreno en comodato. Luego se estabilizó el terreno (fueron necesarios 50 camiones de tierra) y con la única ayuda estatal ($45.000) se colocaron las bases. Con lo ahorrado por la ONG, más fondos de una campaña solidaria de una peluquera que organizó un desfile de modas se lograron reunir $11.000 para las paredes. Con una feria americana de pacientes se recaudaron $ 3.600 para ladrillos. Y finalmente, con capacitación a docentes, se llegó a más de $100.000 para completar los ladrillos.