

REDACCIÓN ELONCE
El hundimiento de un barco en la Hidrovía Paraguay-Paraná encendió nuevamente las alarmas sobre las condiciones de seguridad en la navegación y el impacto ambiental que podría ocasionar el siniestro. Mariano Vilar, secretario general del Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina (SICONARA), dialogó con GPS sobre las consecuencias de este nuevo incidente.
“Es otro hecho más de los que venimos anunciando hace años con nuestro sindicato en conjunto con otros gremios marítimos por lo que viene sucediendo en la Hidrovía. Incluso hemos tenido que lamentar vidas de nuestros compañeros en colisiones hace algunos años”, expresó Vilar, recordando la historia de reclamos del sector por la falta de controles efectivos.
El dirigente sindical subrayó que la falta de reciprocidad y control en la navegación de la Hidrovía es una problemática de larga data que aún no encuentra solución. “Hoy todavía seguimos llorando a nuestros compañeros y pidiendo al gobierno, en este caso al de Javier Milei, pero obviamente lo hemos reclamado con gobiernos anteriores, que le dé plena vigencia al tratado de navegación de la Hidrovía Paraná-Paraguay en lo que tiene que ver con la reciprocidad que tiene que haber entre los países para ser la seguridad de la navegación, la información de los tripulantes y las condiciones fiscales e impositivas para el correcto y normal funcionamiento de una empresa privada”, remarcó.

Riesgo ambiental y deficiencias en el buque hundido
Al referirse al accidente, Vilar detalló: “Por lo que pudimos saber, comenzó a embarcar agua por popa en medio del temporal en el río de La Plata. Al embarcar agua y no poder achicar y quitar el agua dentro del buque, terminó con este hundimiento. No podemos calcular el daño porque el buque tiene combustible adentro y es un riesgo que en cualquier momento comience a desprender el gasoil que tiene dentro de los tanques”.
El dirigente advirtió que las imágenes tomadas antes del hundimiento revelan múltiples fallas de mantenimiento y seguridad. “Cuando pudimos observar que embarcaron a bordo, hay pruebas y videos del estado del buque. Este naufragio se podría haber evitado. En los videos pudimos ver que las puertas estancas deben tener burletes para que no ingrese el agua. Pudimos ver cómo los tanques de combustible estaban a cielo abierto, sin la tapa del tanque y con una manguera, que tampoco está normalizado. En ese mismo recinto, estaba un generador sin ningún tipo de aislamiento, tanto sea mecánico o eléctrico”, explicó.
La posibilidad de una fuga de combustible plantea un grave riesgo de contaminación en el río, con consecuencias ecológicas que aún no pueden estimarse.

Reclamo por controles y cumplimiento de tratados
Si bien reconoció que “un barco se puede hundir”, Vilar enfatizó que “se puede evitar si hacemos las cosas bien porque la Argentina no tiene el poder de contralor que debería tener y, por ejemplo, Argentina que respeta todos los convenios internacionales y tiene sus buques certificados y con condiciones de seguridad para reducir el riesgo”.
En ese sentido, el secretario general de SICONARA manifestó que solicitaron una reunión con autoridades nacionales para abordar la situación. “Pedimos una reunión en Cancillería para nuevamente pedirle al Gobierno que haga respetar el tratado de la Hidrovía y que en estas condiciones de seguridad no puedan seguir navegando más en nuestros ríos”, concluyó.