El joven contó que soñaba con este ingreso desde hacía dos años y que buscó honrar sus raíces. “Todo coincidió de una manera increíble”, expresó.
El ingreso de Brian Demarlengue, estudiante del Instituto Comercial San José, vestido de gaucho durante la recepción de la Promoción 2025 volvió a generar repercusión. La escena, registrada en la localidad de San José y musicalizada con “Entre a mi pago sin golpear”, coincidió con el Día Nacional del Gaucho y se transformó en uno de los momentos más emotivos del evento. Ahora, el joven compartió con Elonce cómo nació la iniciativa, qué simbolizó para él y por qué decidió rendir homenaje a sus raíces en una noche tan especial.
Brian reveló que la idea no fue improvisada, sino el resultado de una convicción que lo acompañó durante mucho tiempo. “Esto surgió hace como dos años, ya lo venía pensando. Sentía que era el momento de unir todo lo que había vivido y de mostrar nuestra cultura”, expresó al relatar cómo nació su decisión.
El adolescente explicó que la coincidencia con una fecha tan significativa terminó de sellar el gesto. “Me recibí de profesor de folclore y de bombo justo un día antes. Todo se dio de una manera tan perfecta que parecía estar escrito”, contó, destacando la emoción que sintió al ver que sus pasiones se encontraban en una misma celebración.
Una vestimenta con significado
Cada elemento de su ropa fue elegido con intención. “Usé camisa negra, un corbatín verde, bombacha gaucha, rastra, botas y una chaqueta. Todo estaba pensado para representar lo que soy”, explicó.
La musicalización también tuvo su carga emocional. “Ingresé con Entre a mi pago sin golpear. Esa canción significa muchísimo para mí. Cuando dice: ‘Estaba donde nací lo que buscaba por ahí’, me pegó fuerte, porque yo también anduve buscando en otros lados sin darme cuenta de lo que tenía acá, en El Brillante, en San José”, expresó.
En el video que obtuvo Elonce, grabado por los asistentes, puede verse cómo la escena cobra intensidad cuando suena el verso que marcó al joven. Quienes estaban presentes comenzaron a aplaudir y a grabar el ingreso, transformándolo en una de las postales más emotivas de la noche.
El instante más emotivo: su madre a su lado
Brian ingresó acompañado por su mamá, quien caminó a su lado con visible orgullo. Para él, ese fue uno de los momentos más significativos. “Entré con mi mamá y estaba divina. No sabía si llorar. Fue mucha emoción en un ratito”, recordó.
La sorpresa también fue parte de la escena, ya que su plan fue mantenido en estricta reserva. “Fue todo muy secreto, nadie sabía nada. Cuando se hablaba del tema, yo me hacía el distraído. Después, cuando se reveló, mis compañeros me dijeron que había sido muy original”, señaló entre risas.
Un año intenso y un mensaje para toda la comunidad
Al mirar hacia atrás, Brian definió su último año escolar como un camino de aprendizajes profundos. “Fue un año cargado de emoción, de estudio, de investigar, de aprender. También de constancia. Fueron muchas cosas juntas”, describió.
Además, dejó un mensaje que busca trascender su experiencia personal. “Esto tendría que celebrarse en todos lados. No verlo como algo raro, sino como algo natural. Ojalá uno pueda pasar un domingo por la plaza y ver gente bailando folclore”, reflexionó, reafirmando su defensa de las tradiciones.
Un proyecto educativo que empieza a tomar forma
Hoy, Brian ya imagina su camino futuro dentro del mundo artístico y docente. “La idea es tener mi propia academia, mis alumnos, mis proyectos”, adelantó. Paralelamente, proyecta continuar sus estudios vinculados al área económica, con interés en carreras como Ciencias Económicas o Contador Público.
Mientras tanto, la imagen de aquel joven caminando por la pasarela junto a su mamá, con la voz de Soledad Pastorutti de fondo y una comunidad entera aplaudiendo, continúa multiplicándose entre quienes ven en ese gesto algo más que una elección estética: una declaración de identidad.