“Cuando la joven estuvo enferma la comunidad rezó mucho por ella y hoy están todos muy conmovidos”, valoró el sacerdote de la parroquia Inmaculado Corazón de María a Elonce TV. “Vivimos una bendición de Dios”, agregó.
El papa Francisco aprobó este miércoles que se acredite a la intercesión de Juan Pablo I lo que se describió como la curación milagrosa de una niña en Argentina, precisamente de Paraná con lo que avanzó la causa de la santidad de uno de sus predecesores que murió en 1978 apenas 33 días después de ser elegido pontífice.
El aval de Francisco en relación con la recuperación de la niña en 2011 posibilita la beatificación de Juan Pablo I, cuya fecha será posteriormente fijada por Francisco. La beatificación es la declaración del papa de que un difunto es digno de culto. El beato es el penúltimo paso en el camino de la canonización de la Iglesia católica.
El Padre Eduardo Jacob, sacerdote de la parroquia Inmaculado Corazón de María, de Bajada Grande, dijo a Elonce TV que el caso de Candela Giarda por el cual beatificarán al Papa Juan Pablo I, “es una bendición de Dios y se lo vive de una hermosa manera”.
“Candela vive a pocas cuadras de la parroquia, hace unos años formó parte de un grupo scout y cuando la joven estuvo muy enferma la comunidad rezó mucho por ella, por eso hoy están todos muy conmovidos”, destacó Jacob.
El sacerdote a agregó: “En la Iglesia hay muchos testimonios de personas sencillas que confían en la oración e insisten con la fe y siempre son escuchados por Dios, algunas veces de formas extraordinarias como el caso de Candela, pero en otros casos el Padre responde de formas más sencillas, pero siempre trae paz y fortaleza”.
