Es el árbol que despierta cuando otros invernan y no tienen el verde característico de sus hojas. Ya comenzaron a dejarse ver florecidos en Paraná. El repaso por la histórica leyenda del Lapacho: "El árbol de Yvaga".
Hijos de esta tierra, pueblan plazas, avenidas y brindan un espectáculo imposible de ignorar. En la capital entrerriana, abundan principalmente, los rosados, pero también aparecen en menor escala, pero con idéntico porte y belleza, los amarillos. Aunque, muy pocos lapachos blancos, se dejan ver en la ciudad.
Es, sin duda, el lapacho, uno de los árboles más admirados en la zona y de los ejemplares que predominan en algunas zonas del arbolado público.
El lapacho. El que despierta cuando otros invernan, cuando el calendario marca que el frío lo acapara todo y deja raquíticos a los árboles, sean grandes o pequeños.
Florecer
Normalmente las florece entre los meses de Julio y Septiembre, marcando el inicio del final del invierno. Ya comenzaron a dejarse verse florecidos en Paraná y las miradas son atraídas hacia sus coloridas copas. No tienen el verde característico de sus hojas, porque no tienen hojas, las cuales llegarán después. El invierno lo despoja de sus hojas pero antes de volver a vestirlo, la primavera le regala toda su belleza y color.
Algunos sitios de Paraná estallaron esta semana con el color rosado de los lapachos, a poco de 20 días del inicio de la primavera. Es que en unas semanas más, al colorido del lapacho y de las azaleas se sumarán otras plantas y árboles. Esa explosión multicolor tan singular que es la estación intermedia entre el invierno y el verano.
El lapacho y una leyenda
Cuenta la leyenda que el Dios de los guaraníes, cuando estaba dispuesta la separación de los hermanos Tupí y Guaraní, un día antes de la partida de Guaraní, les dijo: "Los dos son y serán siempre conquistadores de tierras, el símbolo de sus conquistas será que ustedes, al asentarse en una comunidad, marcaran con grandes árboles de distintos colores cuyo nombre será Tajy, 'las tierras conquistadas'".
Y así Tupã Tenondete les entregó la semilla de estos fornidos árboles que había traído del "Yvaga", prometiendo que, si cultivaban las semillas, crecerían los árboles más grandes y ellos utilizarían la madera para todos utensilios que necesitaran: canoas, cubiertos, armas, flechas, casas.
Desde que comenzó la conquista de los guaraníes, se puede disfrutar por todos los caminos los lapachos de diversos colores: blancos, amarillos y rosados.
Desde ese tiempo, los guaraníes afirman que el lapacho siempre trae la fortaleza de Tupã a todo el pueblo, pues, al mirarlo y tocarlo, el árbol les transmite una fuerza incomparable, marcando claramente el territorio que pertenece a esta tribu. Por esto los guaraníes lo llaman "El árbol de Yvaga", el árbol de Tupã Tenondete.
Otra versión
Otra versión de la leyenda dice que el Dios, hizo uno de los más bellos árboles que, da color incluso al invierno.
Cuenta la historia que cuándo Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde con todos los árboles y les pidió que eligieran la época en la que cada uno quisiera florecer, y así embellecer la tierra. Así lo decidió el lapacho que se ofreció para la tarea.
Por tal motivo, Dios le dijo: por ser tan humilde y valeroso, tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme. Así se puede conocer de los diferentes tipos: El lapacho blanco; El lapacho amarillo; El lapacho del pantano; El lapacho de hoja lisa; El lapacho amarillo niebla; El lapacho rosado; El lapacho púrpura y El lapacho morado.