¿Qué pasaría si un día los adultos no se despertaran y el mundo quedara habitado solo por niños y animales?... Esto plantea "Vendrán lluvias suaves" que se emitirá en <b>Once Directores</b>. La experiencia de Iván Fund.
<b>Una nueva emisión del ciclo Once Directores, dedicado a los realizadores audiovisuales de la región, se verá esta noche desde las 23, por la pantalla de Elonce. </b>También se puede ver los sábados a las 21.30.
En esta ocasión, s<b>e abordará la experiencia del realizador Iván Fund, que se referirá a su largometraje "Vendrán lluvias suaves". </b>
<b>¿Qué pasaría si un día el mundo quedara habitado solo por niños y animales? </b>Este interrogante dispara las aventuras infantiles en el corazón de este film de tono íntimo e inspiración literaria -el cuento El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch, un poema de Sara Teasdale del que el director tomo prestado el título, un relato de Ray Bradbury que retoma ese poema- filmado en Crespo (Entre Ríos), habitual escenario de las historias de Iván Fund.
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El film fue ganador del premio del jurado en el Festival de Mar del Plata.</b> "Trabaja con rigor y sensibilidad los primeros contactos que un grupo de chicos curiosos y resueltos tiene con asuntos densos como la muerte y la soledad", según indica<i> La Nación</i>.
Iván Fund es dueño de una filmografía prolífica, donde se destacan El asombro (2014) y Toublanc (2017). Nació en el pueblo santafesino de San Cristóbal y luego se crió en otro pueblo: Crespo (Entre Ríos), donde filmó buena parte de sus films.
<h5>Sobre "Vendrán lluvias suaves"</h5>
<b>Está filmada en Crespo. </b>Un día de verano se corta la luz y a la mañana los adultos no despiertan. Los niños sí y una pandilla de cinco nenas entre 8 y 11 años se da cuenta de que uno más pequeño que ellas y hermano de una de las protagonistas, va a estar solo en su casa frente a esa situación. Entonces, emprenden un viaje para ir a buscarlo. Desde ese momento, el film se transforma en una road movie juvenil, en una película de aventuras con un elemento fantástico, donde los niños estarán acompañados por perros.
<b>De pronto, no pasa nada si no están esos adultos. El mundo se puede reestructurar y ellos pueden reencontrar su nuevo equilibrio.
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La película trabaja sobre la primera idea de la muerte que tienen las personas. "Uno de los puntapiés iniciales fue el libro El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch. Es un libro infantil que trabaja un poco ese primer contacto natural con la idea de la finitud o de la muerte. Es un lugar común, pero la muerte es parte de la vida. Y vuelvo a la idea de desdramatizar ciertos eventos. Me interesaba mucho ver cómo ellos en la historia toman esa conciencia. <b>Está la idea de que los niños, por su temprana edad, no pueden armar el discurso o ponerlo ordenadamente en su cabeza, pero ya lo saben. Lo perciben y es como su primer contacto con esta suerte de existencialismo o melancolía de la existencia</b>", asegura Fund a Página 12.
<i>Elonce.com.</i>