En diálogo con Elonce TV, José Romero, ex trabajador de Vías Navegables, recordó la historia de la sirena y su relación con la cultura del trabajo, tan importante en estos tiempos.
"La sirena fue un símbolo, no sólo para la ciudad sino para la gente que vivía en los aledaños al Ministerio de Obras Públicas como se llamaba, hoy Dirección Nacional de Vías Navegables. Tiene una pertenencia y un arraigo muy grande, ya que formaba parte del patrimonio y la identidad que hoy son cuestiones muy difíciles de explicar".
A posteriori de la Segunda Guerra Mundial, el Ministerio "recibió rezagos de guerra de la Europa castigada a cambio de cereal, de ahí que nos llamaban el granero del mundo. Y dentro de esos rezagos, entre embarcaciones, chatarras, maquinarias, vinieron sirenas antiaéreas que se utilizaban para anunciar el pre inicio a la jornada laboral".
"En el año 2016 se pudo refaccionar, acondicionar y poner en marcha esa sirena antiaérea que era el ícono del trabajo, la cultura de todo lo que era la zona del puerto. Muchas familias se pudieron nutrir del esfuerzo del trabajo de la zona, no hay que olvidar que con la inauguración del puerto hubo mucho trabajo en los astilleros y esa sirena cumplió un rol fundamental para el crecimiento no sólo de Paraná sino de la provincia", rememoró Romero.
Amplio conocedor de la historia de la sirena, el profesor dio cuenta que en el anecdotario del artefacto figura un hecho particular: "En la década del 70 cuando se dio vuelta una embarcación con trabajadores del Ministerio, cada vez que aparecía un cuerpo, como una señal de respeto, se hacía sonar la sirena".
Romero también recordó que la sirena se hacía sonar para las fiestas patrias y para fin de año, pero en ese entonces Paraná no tenía la cantidad de edificios que tiene en la actualidad y según documentaciones de la época, se escuchaba desde el puerto de Santa Fe y de la Segunda Brigada Aérea. "Era una ciudad plana, sin edificios, hoy hacerla sonar implicaría alguna molestia para algún vecino porque está acondicionada para poder sonar".
Finalmente, Romero expresó que cada vez que escucha la sirena, se "llena de nostalgia, alegría y satisfacción. Es un encuentro de emociones muy difícil de explicar. Fuimos la primera ciudad portuaria ultramar del río Paraná y poder restaurar eso, así como el semáforo fluvial fue algo que nos llenó el corazón y lo hicimos para la ciudad y la repartición". Elonce.com