Tomás nació bajo el agua en una maternidad pública de Mendoza. Está en perfecto estado y pesó 2,5 kilos. Su mamá Daiana Postizzi (23) fue la primera en dar a luz en una bañera del hospital Ramón Carrillo, del municipio de Las Heras.
Tomás pesó 2,5 kilos, nació de 40 semanas de gestación y es el segundo hijo de la pareja de Daiana y Pablo Segovia. El papá acompañó a la mamá durante todo el trabajo de parto.
"Tenemos una sala preparada para un modelo de maternidad centrada en la familia: la mujer elige con quién compartir ese momento, la posición que quiere adoptar para parir, puede hacer ejercicios para disminuir el dolor y aliviar el estrés con un parto en el agua", explica el director del Hospital Carrillo, Diego Irigo.
El nacimiento fue a las 10.30 de este martes, una hora después de inaugurada la sala de TPR (trabajo de parto, parto y recuperación).
En el centro de la sala hay una bañera para hidroterapia y, al costado, una cama de relajación pre y post parto para que la mamá pueda recuperarse en el mismo lugar donde acaba de parir.
"Me preguntaron en todo momento cómo estaba, si quería parir en el agua o en la camilla. Y me animé a tenerlo en la bañera. Fue un parto casi sin dolor", contó Daiana, sobre la experiencia del nacimiento de Tomás, su segundo hijo.
La iniciativa de instalar en esta maternidad pública una sala de parto humanizado, surgió del intercambio profesional que hicieron los especialistas de Mendoza con el equipo médico del hospital Sofía Feldman, en Brasil, referente del parto acuático.
El director del Hospital Carrillo comentó que es la primera sala que se inaugura en Mendoza y el primer parto acuático en una maternidad pública. "El bebé y la mamá están en perfectas condiciones de salud", dijo el médico. Y aclaró que en la misma sala hay un equipo de neonatología que asiste al bebé, con todo el material necesario como oxígeno, incubadora, sondas para la recepción del recién nacido.
<u><b>Los beneficios del parto acuático</b></u>
El parto acuático favorece la dilatación y la relajación de la musculatura pelviana de la madre, debido a la pérdida de la sensación de gravedad y a la temperatura confortable del agua (37 grados centígrados).
<i>La flamante sala. Fuente: Los Andes
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También disminuye la necesidad de realizar episiotomía y la consecuencia del desgarro. Incrementa la secreción de endorfinas, hormonas que inhiben el dolor, y disminuye la hipertensión arterial. La posición de la mujer sumergida otorga facilidad de movimiento y que el bebé se acomode.
Los beneficios para el bebé son: la reducción del trabajo de parto, la posibilidad de nacer bajo el agua en un ambiente semejante al que ha vivido en sus 9 meses de gestación y el mayor contacto con la mamá, que es quien recibe al bebé y lo acurruca en sus brazos.
<b>Cambio de paradigma</b>
En el Ramón Carrillo desde 2014 aplican un modelo de maternidad segura y centrada en la familia, donde se respetan los tiempos naturales del proceso de parto, no se utiliza oxitocina sintética para inducirlo y tampoco se hacen intervenciones ni se coloca anestesia sin informar previamente a la madre y pedir su autorización.
En la sala TPR la futura mamá puede atravesar todo el trabajo de parto y hasta dos horas posteriores al nacimiento del bebé, acompañada por quien ella decida. "Está cambiando el paradigma de los partos y seguramente habrá muchas más salas similares a en el país, dijo el doctor Irigo.
Clarín.
