Más de dos mil personas prefirieron ubicarse ayer en otra dimensión: meditaron al pie del cerro Uritorco, armaron un “picnic de luz” en el balneario municipal y festejaron el comienzo de “la nueva era anunciada por los mayas”.
En el primer minuto del día señalado, un alienígena cruzó la calle y se dejó fotografiar. Lo secundaba una voz, una mujer de túnica blanca, que convertía la ilusión en realidad: “Son cinco pesos, hermano, lo hacemos porque no hay trabajo. Ojo que es el disfraz ganador del último festival”. El fin del mundo no llegó a Capilla del Monte y tampoco se llevó la tensión social.
Inhalaron y exhalaron, cantaron en ronda, bailaron y contaron sus experiencias, increíbles. “Yo tuve contacto con dos seres de la constelación de las Pléyades, en una meditación que hicimos en la Isla de Pascua. Eran figuras muy altas, iluminadas, que tenían el distintivo de la Federación Galáctica”, contó Lucas Cabrera, un “caminante de la espiritualidad” de 71 años, que vive a dos cuadras de la Quinta Presidencial de Olivos. Mientras acomodaba su lona en el pasto, dijo que tenía fotos de un segundo encuentro, esta vez con “seres de ERKS”, una ciudad misteriosa que habitaría, invisible, estos pagos. Su nombre completo es “Encuentro de Remanentes Cósmicos Siderales”.
Hubo frutas secas, tartas orgánicas, mates y fernet con cola, una infusión más cordobesa que extraterrestre.
“Nos están observando desde toda la galaxia, con mucha alegría, porque estamos celebrando un cambio de vibración, una nueva frecuencia. Llega un momento de muchos cambios. Y nosotros estamos preparados: somos seres que estamos creando un nuevo tiempo”, aseguró Adriana Sica, quien se presentó como una “enlazadora de mundos lunar blanco” y llegó envuelta en una capa azul. Luego, esparció con su mano “semillas galácticas” de amor y paz.
Hippies del barrio El Faldeo –donde los nenes no comen chicles, sino pasas de uva– vendían duendes articulados por 60 pesos. La confección de la Carta Maya salía 170 pesos. Y el escultor Javier Rubinstein exponía su obra “Las antiguas madres del Universo”, digna de la película Hobbit.
En la meditación colectiva apareció la señal, la de los celulares, que se había interrumpido por la altura de los cerros cercanos.
“Bienvenidos a bordo de la nave Tierra, somos sincronautas en el tiempo, la raza elegida. Este es el único momento que tenemos para ser felices, la única experiencia que nos falta es la de iluminarnos”, arengó Olga Salgado, oriunda de Bogotá.
Por los micrófonos, se anunció el hallazgo de un cachorro extraviado “cargado de nuestra energía”. Lo ofrecieron en adopción. Y lo llamaron “21/12/12”.
Fuente: Clarín.