“Hoy se ven los frutos”, sentenció el papá de Luciano Vicentín, representante paranaense en el seleccionado argentino de vóley. “Es un sueño cumplido y merecido, porque él lo forjó con sacrificio”, dijo a Elonce.
La Selección Argentina cayó por 3-1 ante Japón en la segunda presentación en Juegos Olímpicos. Pero pese a la derrota, el apellido de un paranaense quedó escrito en la historia de ese deporte: se trata de Luciano Vicentín, cuyos padres, desde su agencia de tómbola en Paraná, palpitaron la competencia y, a través de Elonce, repasaron sus inicios y lo que significa el "sueño cumplido y merecido".
“Se sufre mucho porque uno quiere que le vaya bien; son emociones encontradas porque sufro por no tenerlo, pero estoy contenta porque él está bien”, confió a Elonce la mamá del paranaense olímpico. Graciela, reconoció que “la vida sigue normal y no se toma dimensión de lo que él está viviendo” porque en la agencia de tómbola “todo sigue su curso normal”, aunque con el 17 a la cabeza, el número de la camiseta de Luciano.
Graciela mencionó que se comunica dos veces por día con su hijo y éste le comenta todo, cómo está y qué está haciendo. “Me cuenta el momento como si lo viviéramos juntos”, confió. De hecho, reveló que Luciano “no está muy conforme con la comida, porque no es la comida argentina a la que está acostumbrado y extraña los asados”; es que el asado y las milanesas, además de las empanadas, son los platos preferidos del paranaense olímpico.
“Lo amo con todo mi corazón, lo extraño y deseo enormemente que sea feliz como elija serlo”, fueron las palabras de Graciela hacia su hijo.
Un apellido paranaense en la historia de los JJOO
“Lamentablemente perdimos, pero era parte del juego; son equipos muy fuertes y el que se levanta mejor es el que gana; pero el estar entre los ocho equipos principales del mundo, es un orgullo”, ponderó su papá al analizar los resultados de la contienda olímpica.
“Hoy se ven los frutos”, sentenció Rubén y repasó cómo fueron los inicios de su hijo en el vóley. “Hace seis años que empezó a trabajar para esto y lograrlo es un sueño cumplido y merecido, porque él lo forjó con sacrificio”.
Luciano partió de su casa en Paraná, hacia Buenos Aires, a sus 17 años y en busca de un sueño; a los 20, por primera vez, tuvo su temporada en Europa: primero en Polonia, dos temporadas en Alemania, una Turquía y la próxima será Polonia nuevamente.
“Fue tremendo cuando se fue, lo lloré todo, pero estábamos en contacto todos los días y él siempre estuvo bien; eso me dio fuerzas para seguir”, confesó mamá.
Es que Luciano viajó en plena pandemia y se contagió coronavirus, cuando nadie sabía lo que era; “Estuvo casi 45 días encerrado solo, con un idioma como el polaco, que es dificilísimo, las costumbres y las comidas son distintas, pero se adaptó a todo, la fue peleando de Polonia a Alemania, explotó en la Selección y el año pasado resultó el mejor jugador sudamericano”, resumió, orgulloso, su padre.
“Mi nombre ya está escrito”, les había dicho Luciano a sus padres al destacar, además, que el seleccionado argentino le ganó a Brasil después de más de 50 años. “Él va forjando su propia historia y el apellido Vicentín quedó en la historia cuando salió mejor jugador sudamericano”, sentenció Rubén.
“Llegar a los Juegos Olímpicos es un sueño cumplido”, resaltó Rubén y a través de Elonce le extendió estas palabras: “¡Bestia, lo lograste todo! Lo mejor para vos y que sigan los éxitos”.
El apoyo incondicional de la familia
En la oportunidad, los padres de Luciano destacaron el apoyo de sus hermanos.
“Sus dos hermanos mayores jugaban al vóley, también eran muy buenos, y él siempre andaba detrás de ellos; su hermano mayor siempre fue su orgullo, se ponía sus camisetas, iba a la cancha y quería ser como el hermano, hasta que lo logró”, contó su mamá, al remarcar: “Ellos ahora pasaron a ser los hermanos de Luciano y están chochos y felices por eso”.
“El mayor es quien lo aconseja y lo ayuda; al igual que su hermana, que está a punto de recibirse como psicóloga, y es quien lo sostiene. Los hermanos siempre están en los bajones”, completó el papá.
“Salieron de un club sin techo en el que no había vóley”
Un párrafo aparte merece la mención del club Argentinos Juniors, de donde egresaron Luciano Vicentín y Gonzalo Lapera. “Salieron de un club sin techo en el que no había vóley”, confió Rubén, que fue delegado de la entidad deportiva por 17 años y ponderó el apoyo del grupo de padres, siempre detrás de todo. “Y porque no es necesario un club grande para forjarte como deportista”, reafirmó.
El padre del paranaense olímpico agradeció a Elonce por mostrar el deporte. “Gracias al esfuerzo de los profesores de hace 20 años atrás, se está logrando y vemos a jugadores volcándose por primera vez al vóley”, sentenció. (Elonce)
