Los invitados pagan entrada y hay "novio de mentira", ramo, banda en vivo y mesa dulce. ¿De qué se trata este particular evento? ¿Cómo y dónde surgió?
"A ver cuando se casa alguno, así tenemos fiesta", dijeron en medio de una charla, Martín Acerbi, Nicolás Medina, Facundo Carmona, Joaquín Alterman y Mauro Di Girolamo, cinco jóvenes platenses y socios de la productora de eventos Trineo Fest. Cansados de esperar a que algún amigo diera el gran paso, decidieron organizar una falsa boda. "Fue una cuestión de necesidad", asegura Martín entre risas.
La idea nació en una cena de amigos en agosto de 2013. En noviembre siguiente, un clásico salón de fiestas de la ciudad de La Plata recibió a 300 invitados que pagaron 150 pesos la entrada para vivir una noche de casamiento.
La primera falsa boda tuvo una gran convocatoria y, según sus organizadores, mucho éxito. "Respetamos la gran mayoría de los protocolos de casamiento: el salón de fiestas, el ingreso del novio, la mesa dulce, el lanzamiento del ramo, la banda en vivo, el final de fiesta con pizza y cerveza. Hasta hicimos un montaje fotográfico para que, al llegar, cada uno de los invitados viera su foto con el novio en el clásico video de fotos de los casamientos", explica Acerbi.
Los responsables de este original evento descubrieron que recrear el ámbito de fiesta de un casamiento podía resultar una propuesta más atractiva para solteros y grupos de amigos que ir a un boliche a conocer gente. A partir de ahí, trabajaron para reconstruir una historia: contrataron a un actor para que fuera el "falso novio".
"Gonzalo y Lucía se están por casar. Pero, unos días antes del gran día, ella le escribe una carta a su futuro marido donde le confiesa que está enamorada de otro y se va a vivir a Pumamarca con él. Le cuenta que ya canceló la iglesia y que avisó a todos sus familiares. Sin embargo, le deja el teléfono del disc jockey, del salón, de la banda y del barman. Ante esta situación, Gonzalo decide hacer la fiesta igual", comenta Facundo Carmona, otro de los organizadores, al recrear el hecho.
Además de proyectar un video al inicio del festejo, se empieza a difundir unos días antes por las redes sociales, de manera que, quienes ya hicieron su reserva, se adentren en la ficción que los organizadores proponen.
"Al principio, nos resultaba difícil explicarle al encargado del salón o al disc jockey que era una fiesta de casamiento pero que no había una pareja real casándose", explica Facundo.
El falso novio también disfrutó mucho de la experiencia: "La gente se enganchó mucho y se animó a jugar. Para mí como actor fue un lindo desafío".