El centenario del emblemático reloj de la Universidad de Concepción del Uruguay se conmemoró con una maratón. El rector Héctor César Sauret defendió su valor cultural y se pronunció contra el intento de silenciamiento impulsado por un litigio judicial.
La Universidad de Concepción del Uruguay conmemoró el centenario del Reloj de la Fraternidad, símbolo histórico y cultural de la ciudad, con una maratón organizada para visibilizar su valor patrimonial. El evento contó con la participación de vecinos y estudiantes, quienes lucieron camisetas alusivas al aniversario.
Más de 200 corredores participaron este sábado de la tradicional Maratón de la UCU, bajo el lema "Un reloj que hace historia".
El primer puesto en la categoría masculina fue para Jorge Gustavo Badini, de Larroque, con un tiempo de 00:29:03.24. En la categoría femenina, se impuso Magdalena Slootmans, de Concepción del Uruguay, con un tiempo de 00:34:05.184.
También se destacaron Facundo Pisano, Damian Romero y Pamela Garcia Frossard, todos de Concepción del Uruguay, reafirmando el alto nivel del deporte local.
Sobre el centenario del Reloj de la Fraternidad
En la oportunidad, el rector de la UCU, Héctor César Sauret, destacó: “Este año, la maratón tiene como paradigma un reloj que hace historia”. En ese sentido, remarcó que la actividad no solo promovió el deporte, sino que también buscó generar conciencia sobre la relevancia del reloj, que por más de un siglo ha dado la hora y musicalizado la vida cotidiana de Concepción del Uruguay.
Sauret también se refirió al litigio judicial impulsado por un grupo de vecinos que solicita el silenciamiento del reloj. “Confiamos en que la medida cautelar dictada por la jueza pueda ser revertida en Cámara. Si no, iremos al Superior Tribunal y a la Corte”, indicó.
El rector subrayó que la Universidad reconoce el derecho de los vecinos a preservar su salud, pero advirtió que “un derecho no puede derogar otro”. “Debe encontrarse un equilibrio. Silenciar el reloj es negarle a la ciudad un aspecto central de su cultura”, manifestó.
Sauret recordó que el reloj fue modernizado hace una década y que su funcionamiento forma parte de la identidad urbana. La universidad defiende su continuidad como patrimonio colectivo y elemento integrador de generaciones.
