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El Padre Mattiassi sigue “inoxidable” y pide “que la gente venga a visitarme”
Consultado sobre cómo pasa sus días, contó: “Me levanto, rezo, tomo mate. Soy un jubilado inoxidable, pero hago muy pocas cosas. Hablo con quienes vienen y le pido a la gente que venga a visitarme”. Recordó que “la vez pasada vino un grupo de señoras y la pasé muy bien. Hace dos o tres días también vino un matrimonio muy querido”.
“Siento necesidad de que a los que yo prediqué durante 46 años vengan alguna vez a verme la cara para saber si estoy vivo o muerto”, subrayó.
Si bien remarcó que “la soledad no me afecta, estoy acostumbrado a no estar dependiendo de otro”, admitió que “igualmente, necesito que, sobre todo los de Bajada Grande, me vengan a visitar. Con una media horita ya basta. Con eso ya me lleno de tranquilidad y de alegría”. Manifestó que “a mí no me resultó difícil la pandemia. Me puse cuanta inyección había y así me defendí” y comentó que actualmente “concelebro la misa, estoy tranquilo, hago mis cositas personales y miro televisión”.
“De salud estoy bien, me hice las revisiones y tomo los medicamentos que me dieron”, ratificó, al tiempo que puso de relieve que “la relación con los vecinos es buenísima”. Asimismo, confesó que “por ahora no quiero ir” a la Divina Providencia, donde hay otros sacerdotes de edad avanzada, puesto que “todavía quiero sentirme joven”. Añadió que habla “mucho con el obispo, converso ligero por celular y mensajes. Estoy conectado. Monseñor Puíggari es un buen obispo, una autoridad serena que conduce muy bien”. Elonce