Es el padre de la beba que sobrevivió tres días junto a su madre muerta. La pequeña recibirá el alta el miércoles. Esta tarde habrá una nueva marcha en Córdoba reclamando Justicia por el crimen.
Hoy será un día clave en la investigación del brutal femicidio de Paola Acosta (36). La fiscal Eve Flores indagará a Gonzalo Lizarralde (33), ex pareja de la mujer y único imputado por el crimen. El joven también está acusado de “tentativa de homicidio” de su hija Martina, la beba de un año y 9 meses que sobrevivió más de tres días tirada en una alcantarilla, rodeada de aguas servidas y junto al cadáver de su mamá. La pequeña –que estuvo en terapia intensiva por los golpes e infecciones que sufrió– recibirá el alta el miércoles.
“No tuve acceso al expediente. Yo creo en lo que él me contó y la verdad objetiva de los hechos que son los que están en el expediente. Se han dicho muchas cosas, vamos a contrastarlas con la verdad”, le dijo a <i>Clarín</i> Sebastián Maccari Gaido, defensor de Lizarralde.
Sin embargo hay una serie de indicios que complican su situación procesal: Los SMS. Días previos al crimen, cometido la noche del miércoles 17 de septiembre, el hombre cruzó una serie de mensajes de texto con Paola, en los que le preguntó a qué hora se iban a dormir sus hijos de 14 y 16 años; y si su hermana Marina vivía con ella en el departamento de barrio San Martín.
La tarde del asesinato, le había enviado un SMS: “Te llevo la plata, un peluche para Martina y algo más”. Y los últimos mensajes, los cruzaron a las 22.40 del miércoles 17: “Estoy abajo” , escribió Lizarralde; “Ya bajo” , respondió Paola. Luego la mujer desapareció y la encontraron apuñalada tres días después.
El celular. Esa noche, desde las 23, el celular del sospechoso estuvo apagado por un lapso de tres horas.
La sangre. El jueves 18, Lizarralde llevó el utilitario Peugeot Expert blanco al lavadero donde solía llevarlo los martes. Les pidió a los empleados que lo lavaran exhaustivamente. Y le dio $ 150 extras a cada lavacoche. Los peritos de Policía Judicial levantaron los paneles y encontraron 14 manchas de sangre correspondientes al mismo grupo sanguíneo de Paola.
El vehículo. Un testigo asegura que la medianoche del miércoles 17 vio una camioneta blanca frente a la panadería de Igualdad y Zípoli. Allí está la alcantarilla donde aparecieron Paola y Martina.
Terreno conocido. En esa esquina queda una panadería que era abastecida por Lizarralde todas las semanas. Está ubicada a sólo siete cuadras de la fábrica de sandwichs familiar y a menos de veinte de la casa del sospechoso.
La PlayStation. Un amigo de Lizarralde declaró ante la Justicia que la noche del crimen estuvieron jugando juntos a la PlayStation; pero que en algún momento, el sospechoso se ausentó dos horas. Mientras declaraba, el testigo recibió un llamado de Lizarralde, que le insistió: “Declará que estuvimos toda la noche juntos”.
Un antecedente. Otro amigo del imputado, que tuvo una hija en una relación casual, declaró que Lizarralde le sugirió: “Yo las llevo al lago San Roque y las tiro al dique”. A eso se suma que en la portada de su Facebook, Lizarralde tiene una frase poco feliz: “Una vida, haz lo que te dé la puta gana y sé feliz”.
Esta tarde a las 18 habrá una nueva marcha en Córdoba reclamando Justicia por el crimen y la destitución del primer fiscal que tuvo la causa, Miguel Oyahanarte. (Clarín)
