La diva todavía no está instalada en su nuevo hogar. Sigue en La Mary, la mansión que fue su sede esteña los últimos años y desde allí visita todos los días La Tertulia, que está poniéndose a punto para su gran inauguración.
Si hay alguien que no puede pasar desapercibida allí donde viaje esa es Susana Giménez. Su emblemática cabellera platinada atrae las miradas como un imán de inmediato y ahí es cuando la multitud de fotógrafos se agolpa a su alrededor para conseguir su mejor foto. "¿De dónde salen tantos?", exclamó simpática ayer a la tarde cuando una nube de paparazzi comenzó a disparar flashazos directo a su cara. Salía de un local en el centro de Manantiales e intentaba guardar las bolsas de compras en el baúl mientras los fotógrafos, apostados justo al lado de su camioneta, le pedían una sonrisa a cámara.
Simpatiquísima, posó y repartió saludos para todos los que la reconocieron y después se subió a su auto, manejando ella, claro, rumbo a La Tertulia, su nueva chacra en el Este, ubicada a 75 kilómetros de Punta, cerca del pueblo Garzón.
No podía esperar a probar cómo quedarían las nuevas alfombras que compró en Cappadocia, un negocio de decoración de estilo oriental tradicional de Manantiales donde la rubia conductora suele comprar almohadones y tapetes para su casa esteña. Ahora, de estreno con La Tertulia, tendrá que recorrer muchas casas de decoración para equiparla.
La diva - que llegó a Punta para pasar Navidad con su hija Mecha y amigos- todavía no está instalada en su nuevo hogar. Sigue en La Mary, la mansión que fue su sede esteña los últimos años y desde allí visita todos los días La Tertulia, que está poniéndose a punto para su gran inauguración. Fuente: (La Nación).-