Las bajas temperaturas que comenzaron a registrarse en la ciudad de Paraná encendieron las alertas en organizaciones que brindan asistencia a personas en situación de calle. Desde la ONG “Suma de Voluntades, lanzaron una colecta urgente para reunir frazadas, ropa de abrigo y alimentos no perecederos, con el objetivo de mitigar el impacto del frío entre quienes más lo necesitan.

Anabella Albornoz, voluntaria de la organización, explicó al programa GPS de Elonce que el descenso abrupto de temperatura “nos sorprendió” y provocó una creciente demanda de asistencia. “La sede no para de asistir gente. Todos los días servimos desayuno, merienda y comida durante las recorridas nocturnas. La verdad es que es mucha la gente que se está acercando en busca de algo caliente y ropa de abrigo”, sostuvo.

La demanda de viandas, detalló Albornoz, varía entre 300 y 600 por día. “Planificamos las comidas, pero al ir al territorio hay veces que no nos alcanza. A partir del día 10 la afluencia de gente aumenta porque se quedan sin plata. No solamente están las personas en situación de calle, sino también quienes no tienen para comer en sus casas y se acercan a las plazas”, explicó.

Los donativos pueden acercarse a la sede de Suma de Voluntades, ubicada en calle Bavio 367, de 9 a 12 y de 17 a 20. Se necesita especialmente leche, chocolate, café, mate cocido, guantes, bufandas y frazadas. “Si no tienen frazadas, pueden ser retazos de tela. Nosotros tenemos gente que puede armarlas. Lo importante es dar una respuesta inmediata”, subrayó.

Albornoz también remarcó la importancia del acompañamiento humano y emocional: “No solamente es la comida, es el encuentro, es el decir ‘estoy acá, no estás solo’”. Y recordó una historia particular que la conmovió: “Un hombre que al principio nos agredía, nos tiraba la comida... Un día frío como estos nos contó que en un accidente murieron su hija y su esposa, y que él fue el único sobreviviente. Todo ese dolor lo empujó a la calle”.

En ese contexto, insistió en no juzgar a quienes viven en la vía pública: “Uno ve al borracho, al adicto, pero no ve más allá de eso. Hay historias muy fuertes. Es empatía, entender al otro desde el dolor también. La situación de calle es muy compleja”.

La voluntaria también mencionó las gestiones que realizan con el Estado para establecer un protocolo de intervención en casos de crisis: “Muchas veces una persona en crisis hay que llevarla al hospital, pero no está claro quién debe intervenir. Llevamos años pidiendo un protocolo. No se trata solo de dar un techo, porque muchos no pueden sostener la habitabilidad”.

Por último, llamó a la comunidad a sumarse: “El Estado solo no va a poder y las organizaciones solas tampoco. Tenemos que volver al espíritu de la pandemia, cuando decíamos que nadie se salva solo. Es momento de pensar cómo nos ayudamos entre todos”. Elonce.com