REDACCIÓN ELONCE
El ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, detalló el trabajo policial que permitió detener a Pablo Laurta, ciudadano uruguayo de 39 años acusado del doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio en Córdoba y sospechoso por el homicidio del chofer Martín Palacio en Concordia.
Roncaglia explicó a Elonce que la Policía de Entre Ríos tuvo un rol clave en el esclarecimiento del caso y en la detención de Laurta en Gualeguaychú, donde también se rescató a su hijo de cinco años. “Hubo una mente criminal metódica, que manejó todas las variables y actuó con plena conciencia de los delitos que iba a cometer”, sostuvo.
Reconstrucción del itinerario criminal
Según relató el ministro, el primer contacto con el caso se produjo el 9 de octubre, cuando se radicó una denuncia en Concordia por la desaparición de Martín Palacio, chofer de transporte contratado por Laurta.
El sospechoso había llegado a Concordia el martes 7 y contrató a Palacio para que lo trasladara supuestamente a Rafaela, Santa Fe. Sin embargo, las comunicaciones del chofer se interrumpieron horas más tarde. Su familia radicó denuncias por averiguación de paradero en Córdoba y luego en Concordia.
El 9 de octubre por la noche, la Policía de Córdoba halló el Toyota Corolla de Palacio incendiado, lo que despertó nuevas sospechas. Días después, se conoció que Laurta había asesinado a su ex pareja y ex suegra en Córdoba y se había fugado con su hijo menor.
Operativo conjunto entre provincias
Roncaglia explicó que la coordinación entre las policías de Córdoba y Entre Ríos fue determinante. Al analizar las imágenes de cámaras y antenas de telefonía, se determinó que Laurta había utilizado el vehículo del chofer para desplazarse por General Campos, San Salvador y Puerto Yeruá.
“El intercambio dinámico de información permitió ubicarlo en Gualeguaychú y detenerlo antes de que cometiera otro hecho violento”, afirmó el ministro, quien transmitió las felicitaciones del gobernador Rogelio Frigerio al personal policial interviniente.
Durante el operativo, los agentes redujeron a Laurta dentro de un hotel y resguardaron al niño que se encontraba con él. “Nuestra prioridad era el chico de cinco años, que padece autismo. Se actuó con rapidez para protegerlo y evitar un desenlace trágico”, indicó Roncaglia.
“Una mente criminal planificada”
El ministro calificó a Laurta como “una mente criminal metódica, que actuó con planificación y plena conciencia de sus actos”. Según la investigación, el acusado cruzó desde Uruguay a Entre Ríos en una piragua, evitando controles migratorios y portando una pistola Bersa calibre .380, presuntamente utilizada en los crímenes.
La Policía de Uruguay confirmó que el sospechoso había alquilado una cabaña en Salto y practicado navegación antes de cruzar el río. Luego se alojó en un hotel en Concordia, donde inició la secuencia delictiva.
Roncaglia detalló que, tras el hallazgo de un cuerpo decapitado y desmembrado en un camino rural cercano a Estación Yeruá, la investigación logró establecer una coherencia entre los movimientos del detenido y el recorrido del vehículo. “El contexto permite sospechar en un 99% que el cuerpo pertenece al chofer Martín Palacio”, indicó, a la espera de la confirmación de la autopsia y el cotejo de tatuajes.
“Laurta es un criminal, cometió delitos aberrantes e incluso, si analizamos la preparación de las ejecuciones, manejó todas las variables e incluso, sospechamos que asesinó a Palacio para ocultar lo que iba a hacer después; según el Código Penal, es un homicidio criminis causae”, especificó.
Coordinación y orgullo institucional
El ministro destacó el trabajo conjunto entre las Jefaturas Departamentales, Policía Científica, Investigaciones Criminales y Delitos Rurales, que realizaron los rastrillajes durante más de una semana. “Estamos orgullosos del profesionalismo de nuestra Policía. Hubo un compromiso total, con agentes trabajando día y noche revisando cámaras y cruces de datos”, subrayó.
También ponderó la labor de los fiscales de Concordia y el apoyo de la Policía de Córdoba en el esclarecimiento y detención del acusado. “Este caso demuestra lo que puede lograrse cuando se comparte información sin egoísmos, con objetivos comunes y con determinación”, concluyó Roncaglia.