El avance del culto evangélico en Entre Ríos se consolidó en los últimos años como un actor clave en los barrios más vulnerables de la provincia. Así lo expresaron a Elonce Julián Kolln y Ricardo Díaz, representantes del Consejo de Pastores de Paraná, quienes destacaron que en la capital entrerriana existen más de 70 iglesias evangélicas activas.

“Estamos alineados en lo que decía Martín Lutero: solo la gracia, solo la fe y solo la escritura”, indicó Kolln. A pesar de las diferencias en las formas de culto, las iglesias nucleadas coinciden en los principios fundamentales del cristianismo evangélico, explicó el entrevistado. El 31 de octubre, Día de las Iglesias Evangélicas, visibiliza esta presencia en la vida pública.

Consultados sobre las razones del crecimiento del culto, Díaz opinó que “hay una falta de representatividad institucional generalizada” y que muchas personas encuentran en las iglesias una voz cercana. “La iglesia llega donde el Estado no llega”, agregó.

Independencia política y visión sobre el Estado

En relación al vínculo con la política, los pastores aclararon que no apoyan a ningún partido ni candidato. Sobre la participación del presidente Javier Milei en un culto evangélico, señalaron: “Celebramos que haya participado de una celebración evangélica, lo cual es histórico”, pero enfatizaron que “la iglesia es independiente en ese sentido”.

Respecto de las polémicas declaraciones del mandatario, como su rechazo a la justicia social, Kolln aclaró: “No le podemos pedir a un político que haga una exégesis de la palabra de Dios”. Y añadió: “La iglesia trabaja con los pobres, con viudas y en zonas desfavorecidas; no desde la lógica que maneja el presidente”.

Desde el Consejo de Pastores remarcaron que cada congregación tiene libertad de conciencia. “Que un pastor haya apoyado a un político no quiere decir que el Consejo lo haya hecho. La iglesia no toma partido”, sostuvo Díaz.

Trabajo social, diezmo y vínculos comunitarios

El avance del culto evangélico también se explica por su acción en territorios vulnerables. “Tenemos comedores, trabajamos con adicciones, con familias desmembradas. Nos convocan cuando el Estado no puede más”, señaló Ricardo Díaz. Desde 2001, la iglesia ha sido vista como una “reserva de valor” en tiempos de crisis, indicaron.

Respecto del financiamiento, aclararon que “las iglesias evangélicas se mantienen con donaciones libres, no reciben ayuda del Estado ni imponen el diezmo”. Este último, explicaron, es una práctica bíblica voluntaria: “Es un mandato que Dios le da al creyente, pero puede ser objetado o no”.

En cuanto a temas como la educación sexual y la salud reproductiva, destacaron que se abordan desde una perspectiva cristiana, sin imposiciones ideológicas. “Abogamos por una mirada pastoral de restauración. La iglesia tiene esperanza aún en los casos más difíciles”, afirmó Kolln.