El presidente de Brasil anunció que aplicará un arancel del 50% si Estados Unidos mantiene la medida. “Si él nos cobra un 50%, nosotros también”, dijo Lula.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, advirtió que aplicará un arancel del 50% como represalia si Estados Unidos mantiene la suba impositiva anunciada por Donald Trump sobre productos brasileños. La tensión comercial creció tras conocerse que el exmandatario norteamericano justificaría los aumentos como reacción al juicio penal que enfrenta Jair Bolsonaro, su aliado político.
"Si no hay negociación, la ley de reciprocidad se pondrá en marcha. Si él nos cobra un 50%, nosotros les cobraremos un 50% a ellos", declaró Lula en una entrevista radial. La legislación a la que alude fue aprobada por el Congreso brasileño a principios de este año y habilita al Ejecutivo a aplicar sanciones similares a las que reciba el país por parte de gobiernos extranjeros.
Desde el Palacio del Planalto, Lula convocó a su gabinete para evaluar los pasos a seguir. Aunque manifestó estar abierto a dialogar, también ordenó a sus diplomáticos rechazar formalmente una carta enviada por Trump, que contenía críticas al sistema judicial brasileño y menciones a fallos sobre redes sociales, utilizados como justificación para el nuevo arancel.
La disputa tiene un trasfondo político y geopolítico
La decisión de Trump de imponer aranceles del 50% a Brasil fue interpretada por el gobierno sudamericano como una forma de injerencia política en el proceso judicial que enfrenta Bolsonaro, acusado de intentar revertir su derrota electoral en 2022. Según voceros oficiales, el exmandatario republicano busca influir en el resultado del juicio como parte de una estrategia electoral interna.
“Trump nunca estuvo preocupado por la democracia en ningún lugar, mucho menos con el destino de Bolsonaro”, expresó Gleisi Hoffmann, ministra de Relaciones Institucionales. Para el oficialismo brasileño, el verdadero objetivo de Trump es frenar el avance del BRICS, bloque que Brasil lidera junto a China, India, Rusia y Sudáfrica.
Algunos funcionarios sostienen que la nueva arremetida comercial de Trump busca aislar a Brasil de sus alianzas con economías del sur global, en particular por las discusiones recientes sobre una moneda alternativa al dólar dentro del BRICS. Este tema es visto por Washington como una amenaza a su hegemonía financiera.
Lula busca negociar, pero el conflicto podría escalar
Si bien Lula reiteró su voluntad de mantener el diálogo con Washington, dejó en claro que no aceptará imposiciones unilaterales. La respuesta inmediata será aplicar la ley de reciprocidad en caso de que los aranceles entren en vigencia el próximo 1° de agosto.
La Casa Blanca aún no ha emitido comentarios oficiales sobre la declaración de Lula, pero analistas señalan que la escalada comercial podría impactar negativamente en las relaciones bilaterales, incluso si Trump no es reelecto. Actualmente, Estados Unidos mantiene un superávit comercial con Brasil, lo que debilita los fundamentos económicos del nuevo arancel.
Mientras tanto, la tensión entre los dos países suma presión interna en Brasil, donde hasta sectores ligados a Bolsonaro piden prudencia y evitar una confrontación mayor. La decisión de Lula de tomar una postura firme parece haber generado unidad en un país atravesado por divisiones políticas. (Con información de Ámbito)