En lo que puede interpretarse como una represalia tras la decisión uruguaya de permitir a UPM incrementar su producción, Argentina decidió comenzar a cobrar peaje a los camiones y ómnibus en Salto Grande, señala la prensa uruguaya.
Desde la habilitación de este cruce fronterizo a través de la central hidroeléctrica, los camiones de empresas internacionales y los ómnibus de pasajeros cruzaban libremente a diferencia de lo que ocurre en los puentes Fray Bentos - Puerto Unzué y Paysandú - Colón en los cuales se cobran peajes.
El presidente de la delegación argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Juan Carlos Cresto, anunció que se decidió poner a funcionar las cabinas y oficinas correspondientes para el cobro de ese peaje porque se entiende que se está ante una competencia "desleal" ante los otros dos cruces fronterizos con Uruguay.
El funcionario aseguró que los automóviles continuarán exonerados de ese peaje, "porque el puente de Salto Grande no es un puente comercial, es una vía de comunicación social, educativa, turística y vecinal". Anualmente entran y salen de Argentina por Salto Grande entre 70.000 y 80.000 camiones de cargas a los que no se les venía cobrando peaje.
Los principales usuarios del puente internacional de Salto Grande, en el transporte de cargas, son las empresas paraguayas que trasladan contenedores desde el puerto de Montevideo. Cresto, dijo que con esta medida se siguen cumpliendo indicaciones del gobierno de su país.
Luego de que se anunciara que Uruguay autorizaba a UPM a producir 100.000 toneladas más, el canciller argentino Héctor Timerman dijo que se trataba de una medida "inamistosa" y anunció que se revisaría la relación bilateral "ministerio por ministerio". Esta medida parece una primera consecuencia de esa revisión, señala el diario <i>El País</i>.
De todas formas, la presidente argentina Cristina Fernández pareció dejar abierta una puerta a un diálogo con Uruguay cuando dijo ayer en Bolivia que "yo hablo siempre con (José) Mujica". Sin embargo, ayer en Bolivia donde coincidieron en una cumbre del llamado "Grupo 77 + China", los mandatarios solamente se saludaron y no se supo que hayan comenzado un diálogo. El viernes Argentina anunció que llevará otra vez a Uruguay a la Corte Internacional de La Haya, furiosa porque el gobierno de Mujica autorizó a UPM a incrementar en 100.000 toneladas su producción anual.
En la cumbre de ayer pareció que Fernández cuestionaba indirectamente a Uruguay cuando dijo que "rechazamos la unilateralidad en la toma de decisiones" porque "el unilateralismo no es bueno para nadie, ni siquiera para aquellos que lo ejercen". Y el intendente de Gualeguaychú, en Entre Ríos, Juan Bahillo, consideró que "lamentablemente Uruguay actuó de mala fe, y se agotaron todas las instancias diplomáticas de diálogo por culpa de posiciones cerradas, obtusas, que no dejan otra alternativa que la de ir a la Justicia". Agregó que "es lamentable que pase esto con un país vecino y hermano, pero es evidente que el gobierno uruguayo antepone intereses de una empresa a los intereses comunes de la región, y prioriza a Botnia-UPM por sobre la hermandad de los pueblos y sobre el medio ambiente".
El sábado, el canciller uruguayo, Luis Almagro había respondido la dura carta del viernes pasado de su colega Timerman que anunciaba que Argentina volverá a La Haya y que se revisará la relación bilateral. Almagro reivindicó la legitimidad de la decisión de autorizar a UPM y señaló que "Uruguay está dispuesto a negociar sin dilaciones". En la carta, que recibió el apoyo de la oposición, el canciller rechazó que Argentina ejerza una suerte de veto por la vía de los hechos sobre las inversiones que se realizan en Uruguay y recordó que en 2011 comenzó un proceso de análisis y consultas vinculadas con la pretensión de UPM de subir su producción. Uruguay, dijo Almagro, "estará dispuesto a probar su razón" tanto en la Corte de la Haya como en el Tribunal Arbitral del Mercosur.