El pan aumentará entre un 12% y un 15% en todo el país, confirmó Miguel Di Betta, presidente de la Federación Argentina de la Industria del Pan (FAIPA). En declaraciones a Elonce, el dirigente explicó que el incremento responde al encarecimiento de los insumos, que en algunos casos superaron el 100%, además de los aumentos en tarifas de servicios y cargas impositivas.

“Es un tema que ya se venía relegando por las bajas ventas, pero ahora se ha hecho insostenible. Cada provincia evaluará cómo sugerir a sus socios que empiecen a aplicar el aumento”, señaló Di Betta.

Insumos con aumentos desmedidos

Uno de los principales factores que motiva la suba es el incremento del precio de materias primas esenciales como margarina, grasa y aceite. Según detalló el presidente de FAIPA, el valor de una caja de margarina pasó de 33.000 a 70.000 pesos entre febrero y junio, lo que representa una suba superior al 100%.

“Uno de los argumentos es que, al haber poca venta de carne, no hay cebo ni grasa, y además están exportando. Son dos puntos fundamentales para explicar este aumento desmedido”, explicó.

A ello se suma el impacto del invierno, época en la que las panaderías suelen recuperar parte de sus ventas, pero que no alcanzan a cubrir los costos operativos. “Venimos de cuatro meses con ventas muy bajas. En junio levantó un poco, pero la gente compra menos y con menos frecuencia. Apenas lleva pan; las facturas y otros productos ya no se venden como antes”, agregó.

El dirigente también remarcó que las panaderías trabajan en horarios donde el consumo energético es alto, y pidió medidas al Gobierno para paliar los efectos de los aumentos en servicios públicos.

“Las panaderías trabajan de noche y de mañana, cuando más se consume. Pedimos una solución: no sé si llamarle subsidio, pero algo que nos alivie el costo del gas y la luz”, sostuvo.

Además, advirtió que los incrementos en los combustibles también inciden en la estructura de costos: “Ya se habla de un 5% más en el precio del combustible, y eso se traslada a los fletes que abastecen a cada provincia”, explicó.

Cierres y competencia informal

Di Betta también alertó por el cierre de más de 100 panaderías en el país, muchas de las cuales no pudieron sostener la rentabilidad ante los constantes aumentos. A la vez, cuestionó la falta de controles frente al avance de la informalidad en el sector.

“Hay panaderías clandestinas que trabajan en negro y venden a precios diferentes. Se lo venimos planteando al gobierno hace años y no se encuentra solución. Hay que ponerse firme para cuidar a quienes trabajan en blanco”, afirmó.