Sociedad Recomendaciones a tener en cuenta

Seguidilla de siniestros viales: ¿Falta de educación, de control o imprudencia?

Las nuevas y precarias estadísticas, revelan algunas de las causas que desencadenaron la seguidilla de siniestros de los últimos días sobre las rutas nacionales y provinciales que recorren Entre Ríos.

17 de Enero de 2016
Tres jóvenes murieron en un accidente sobre Ruta 39, la semana pasada

En materia de estadísticas y causales, la <b>Asociación Civil Luchemos por la Vida</b> dio a conocer los números nacionales de muertos en la Argentina en tragedias viales durante 2015. La cifra asciende a 7.472 personas, lo que indica un promedio de <a href='http://www.elonce.com/secciones/sociedad/447766-hubo-21-fallecidos-por-dna-en-el-pans-a-ranz-de-accidentes-viales-durante-2015.htm' target='_blank'>21 fallecimientos diarios</a>. <b>Entre Ríos está décima en el fatídico ranking, con 244 muertes por tránsito</b> (que encabeza Buenos Aires con 2.322 y le sigue Santa Fe con 771). El informe es general, pero un estudio más detallado de la asociación civil titulado Quiénes, cómo y dónde revela que el 52% de los casos ocurre en zona urbana, que el 54% de las víctimas son menores de 35 años, y que los fines de semana aportan casi la mitad de los muertos -un 46%, a pesar de ser solamente dos días. Si bien este análisis tiene un par de años, desde Luchemos por la Vida señalan que estos guarismos se mantienen y son representativas de la actualidad nacional.

 

¿De dónde surgen estos números? Luchemos por la Vida aclara que se trata de una proyección de los datos que incluyen a los fallecidos en el hecho o como consecuencia de él hasta dentro de los 30 días posteriores (según un criterio internacional generalizado). Las cifras son oficiales, de origen policial o municipal, en su mayoría. "<b>El problema de las estadísticas es que no hay cruzamiento de datos</b> entre públicos, privados, municipio, provincia, Estado, hospitales, gendarmería... Lo poco que se ha logrado ha sido con objetivos políticos de campaña. Mi tía y mi hermana no figuran en ninguna estadística, por ejemplo, porque no murieron en la "hora cero" del accidente. Por eso, a las cifras de Luchemos por la Vida hay que sumarle los no registrados, aquellos que mueren semanas o meses después a consecuencia de los siniestros viales. <b>La situación es gravísima</b>", opina <b>María Eugenia Crovetto</b>, familiar de víctimas que en 2014 impulsó la campaña Puente Estrella, en la cual se pintaron estrellas en el puente que une Victoria - Rosario. "Yo soy una loca suelta entre miles que salí a hacer ruido, todo a pulmón, con voluntad, tiempo y plata propia; pero para que se sostenga en el tiempo tiene que ser una cuestión de políticas públicas serias, llevadas adelante como programa de seguridad vial", apunta Crovetto.

 

 

 

El profesor de la Uader y comisario <b>Ricardo Galliussi</b>, jefe de Accidentología Vial de la Dirección Criminalística de la Policía de Entre Ríos, coincide en la dificultad de articular los números reales entre instituciones, y aporta las estadísticas de siniestros en el Departamento Paraná que tuvieron intervención policial ya que en ellos existieron lesiones graves o muertes.

 

En el 2015 realizaron 639 intervenciones departamentales entre ciudades, pueblos, rutas o caminos vecinales. De estas actuaciones policiales, la comisaría con mayor índice accidentológico resultó ser la 2ª, en pleno centro de Paraná, con 71 intervenciones. La mayoría ocurre los fines de semana. En ciudades hubo 566 siniestros graves, 66 en rutas y siete en caminos vecinales. En esos choques hubo 32 fallecidos (en el momento o a las pocas horas), y 238 personas con lesiones graves.

 

"Esto sirve como análisis de la realidad provincial, ya que es similar a Concordia y a Gualeguaychú, aunque en otros departamentos de criminalística del interior de la provincia tienen un índice de intervenciones mucho menor", señala el licenciado en Accidentología Vial. "Tenemos <b>un índice mayor en nuestro corredor que en la Ruta Nacional 14</b>, más allá de que cada vez que hay un accidente en la 14 es novedad, porque generalmente muere gente. Pero las causales de la Ruta 14 ya no son los golpes frontales, como pueden ser acá en la 12, la 18 o en el Acceso Norte; sino que <b>hay despistes con vuelco que se producen generalmente por excesos de velocidad</b> y pérdidas de control del vehículo. La autovía 14 trajo seguridad vial, lo que entra en juego ahora es la imprudencia del conductor que utiliza la vía, que tiene ansiedad por llegar al objetivo. Hay autos que van a 150 y 170 inclusive, cuando la máxima es de 130.

 

Todos quieren llegar rápido a Brasil, o a las termas de Federación en invierno", analiza. "Además, por estos días tenemos animales silvestres en las vías. El exceso de agua en los ríos está haciendo que los carpinchos y ciervos salgan a la ruta y se ocasionen siniestros graves", previene.

 

<h5>Conductores imprudentes</h5>

 

Entre las personas involucradas en los siniestros en Paraná, el año pasado hubo 1.110 hombres y 374 mujeres. "Estadísticamente está demostrado que las mujeres son mucho menos propensas a tener un siniestro. El número de conductoras femeninas de los masculinos no es tan alejado como era en otros tiempos, pero sí el número de varones que conducen y que están vinculados a siniestros viales. Para mí esto es por la mentalidad de "yo sé manejar, a mí no me la contés". Una persona con este concepto es el tipo que en una intersección de dos vías sin semáforos, donde la ley establece la prioridad de paso para la derecha indistintamente de quién arribe primero, es el que produce el siniestro", comenta Galliussi. "En este trabajo, en el que llevo 20 años, he visto que siempre <b>la primera y principal causal de siniestralidad vial es por no respetar la prioridad de paso</b> en estas intersecciones, más que nada en ciudades como Paraná o Concordia", agrega.

 

El problema mayor es la imprudencia, según el jefe de Accidentología Vial. "Siempre conviene ceder el paso, cuando uno llega a la intersección disminuir la velocidad, porque no sabe si el que viene por la izquierda va a respetar o no la norma. Por eso digo, podemos renegar del semáforo, pero organizan el tránsito. Muchas personas normalizan la circulación en virtud del semáforo, sino siempre hay un auto que mete la trompita para ver si puede pasar, que avanza un poquito por arriba de la senda peatonal, y viene un peatón que no tiene por dónde cruzar entonces pasa por atrás y una moto que no lo vio lo atropella... si hay semáforo en rojo, parás".

 

 

 

Los guarismos que manejan en Criminalística indican que han descendido los siniestros en los últimos años: de 886 intervenciones en 2013 pasaron a 674 en 2014, y a 639 de 2015. En esto, afirma Galliussi, tuvo mucho que ver el decreto 2675 del Poder Ejecutivo de Entre Ríos, en septiembre de 2014, que implementó el control de motos a cargo de la Policía. "Se ve claramente la disminución a partir de esa fecha: de entre 70 y 80 por mes bajamos a la mitad. Pero por más que esté el control policial, la imprudencia en la circulación persiste. Disminuyeron mucho los siniestros que implicaban motos, pero no los de otros vehículos. Además, en los últimos tiempos han mejorado los cursos municipales, la expedición del carnet de conducir y la educación vial en las escuelas", añade.

 

Según el análisis del especialista, existen tres pilares fundamentales: la ingeniería de tránsito; la educación vial; y el control y la sanción.

 

<h5>Jóvenes al volante</h5>

 

"En los años 50 y 60 se dio un vuelco importante sobre el estatuto de adolescente incluido dentro de la sociedad de consumo. La adolescencia implica un aumento del narcisismo, es el pasaje del niño al adulto e involucra un suponer que no hay finitud en la vida. Este comportamiento los pone en riesgo, aunque no es generalizable, siempre hay que ver caso por caso", opina un profesional desde el ámbito de la Psicología. "No siempre tiene que haber algún consumo de drogas legales o ilegales para esto, puede darse ese peligro sin ningún consumo", agrega. Las características generales de la adolescencia en la contemporaneidad incluyen ciertos comportamientos apoyados por la cultura, que fagocita que los chicos quieran parecerse a los adolescentes, y que los grandes que ya no lo son también lo quieran seguir siendo. La sensación de omnipotencia y la investidura libidinal del yo son transversales a todas las clases sociales, sumado a esto la dificultad de los padres para poder poner límites claros, según se analiza desde esta ciencia.

 

<b>"Los accidentes protagonizados por jóvenes en situaciones de riesgo es una figura que se da más en las ciudades y las inmediaciones que en las rutas provinciales o nacionales"</b>, estima el comisario General <b>Mario Müller</b>, director de Prevención y Seguridad Vial de la Policía de Entre Ríos.

 

"El tema del alcohol y los estupefacientes en sangre no es algo que ocurra solamente en el verano, sucede durante todo el año y está presente en muchos siniestros con consecuencias graves", indica Galliussi. El experto recuerda que antes de los controles a las motos, en los años 2013 y 2014, existía una tendencia entre los adolescentes y los jóvenes paranaenses a sacarles las luces, las cachas y hasta el freno delantero al vehículo, por el mero hecho de experimentar adrenalina. "La moda era llegar a tener la motocicleta con el manubrio pelado, el cañito únicamente con el acelerador, después era un caño agarrado al cristo. En Acceso Norte hacían picadas, y había motocicletas que costaban mucho dinero por cómo estaba preparadas con el caño de escape, las ruedas nuevas más finas y livianas... Entonces los estratos sociales no están vinculados a esto, era más bien una moda por la que tuvimos que lamentar muchos fallecimientos de jóvenes", indica.

 

Para el especialista, existió una facilidad de infringir la norma y una búsqueda de desafíos de los jóvenes, que luego se encontraron con un Estado presente a través del control, que traía de la mano una erogación económica (relacionada al municipio y a un Juzgado de Faltas estricto). "Hoy siguen los controles, y la idea es mantenerlos", aclara Galliussi.

 

Para la Asociación Civil Luchemos por la Vida, "tanto en el caso del alcohol como en el de las drogas, los primeros efectos psicológicos ya son peligrosos. La desinhibición, un aumento de confianza y la sobreestimación de la propia capacidad, con la consiguiente subestimación del peligro, son síntomas que pasan inadvertidos a la vista, pero motivan en el conductor comportamientos de riesgo (aumento de la velocidad al conducir, sobrepasos audaces, etcétera)".

 

Lilia García, directora del Centro Huella Abordaje integral de personas con problemáticas de adicciones, sostiene que "algunas cuestiones que influyen y confluyen en torno de los <b>accidentes de tránsito protagonizados por adolescentes y jóvenes en estado de ebriedad o afectados por otras sustancias psicoactivas</b> son parte de un cuadro de situación donde es fundamental reconocer la necesidad de contención real, efectiva y afectiva de nuestros jóvenes".

 

Según la licenciada en Trabajo Social y magister en Salud Mental, hay que analizar tres ejes fundamentales: "la familia, como ámbito de socialización primaria, debe recuperar territorio en la formación y educación para la vida, con referentes claros que propongan y lleven adelante la inclusión del adolescente y el joven como parte de un grupo familiar que lo integra, lo reconoce y lo acompaña desde el afecto, donde los límites son parte fundamental del amor para el crecimiento mutuo. No dejarlos a la deriva. La sociedad y el Estado son actores, ejes que fortalecen este proceso donde tanto en el ámbito familiar como en el social y en el estatal se vienen profundizando las estrategias para abordar la problemática en conjunto".

 

García especifica que en el Centro Huella han tratado situaciones de personas que han tenido accidentes y que se ha trabajado sobre factores de protección y factores de riesgo, y que si hay alguna diferenciación según clases sociales tiene que ver con cuestiones pendientes a nivel social, ya que "a veces se condonan ciertos temas según de quién seas hijo y en qué zona vivas".

 

 

 

Luchemos por la Vida informa que <b>los menores de 25 años se accidentan tres veces más que los mayores, son causantes de la mayoría de los accidentes que sufren, y mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad</b>. En una guía para padres, la asociación civil recomienda que cuando alguien decida que su hijo o hija está en condiciones de aprender a conducir, no lo deje solo o sola, que comparta el proceso de aprendizaje y entrenamiento, que asista en ese proceso aún después de sacar el registro, que lo guíe en las prácticas y le transmita su experiencia. Además, que sea paciente, respetuoso y refuerce su confianza, destacándole sus conductas y decisiones acertadas. Hay que acompañar a los nuevos conductores en diferentes situaciones: por ejemplo con lluvia, de noche, con alto tránsito o en ruta; y sobre todo, ser un buen ejemplo.

 

<h5>Planificar el viaje</h5>

 

Para el comisario Ricardo Galliussi, es fundamental que los conceptos se apliquen en la circulación. Manejar con un vehículo en condiciones disminuye los siniestros, al igual que el respeto estricto por las normas y la señalización vial. "Ante un viaje, lo primero es tener el auto en condiciones: freno, luces, cinturón de seguridad, anclaje de sillitas de bebés (comprar siempre las homologadas). En moto, llevar chaleco retroreflectivo y casco homologado. Siempre a mano el número de auxilio mecánico y del seguro, y cargar el mejor combustible posible. Recomendamos planificar la ruta. Un viaje de 20 horas con un solo chofer no se puede hacer de un tirón; se pone en riesgo a toda la familia. Acá entra esto de "yo me la aguanto".

 

En enero comenzó el Operativo Ruta Segura -muy fuerte en la Autovía Nacional 14- que consiste en puestos camineros atentos al control y a la ayuda del turista. Las comisarías que tienen como límites una ruta deben tener un móvil en sus bocas de salida de pueblos y ciudades pequeñas, para brindar presencia policial en los caminos.

 

El comisario General Mario Müller recuerda que muchas causas de accidente tienen que ver con ir tomando mate, hablando por el celular, o no reducir la velocidad a la mitad en días de lluvia, como prevé la ley.