"Se confirmaron dos casos de botulismo alimentario en dos personas que visitaban nuestra provincia, compraron conservas de jabalí en escabeche y enfermaron", dijo Laura López, coordinadora del programa de Zoonosis.
Precisó, además, que "el botulismo es una intoxicación grave causada por toxinas preformadas producidas por una bacteria llamada Clostridium botulinum, que se encuentra en algunos alimentos contaminados".
"La proliferación de esta bacteria ocurre generalmente en alimentos de preparación casera, que están mal procesados, mal enlatados o mal embotellados, donde el medio es poco ácido y no mata la bacteria y permite esta proliferación y esta liberación de toxinas cuando el medio es anaeróbico, es decir, cuando hay aceite o conservas en aceite", explicó.
La parálisis de los músculos respiratorios son la complicación que puede llevar a la muerte de un paciente no detectado oportunamente
Añadió, también: "El botulismo puede ser una enfermedad mortal si no es detectada inmediatamente, la acción de la neurotoxina de esta bacteria produce una parálisis flácida, los síntomas iniciales son fatiga intensa, debilidad, vértigo, visión borrosa, sequedad de la boca, dificultad para deglutir, para hablar, vómitos y diarrea".
"La parálisis de los músculos respiratorios son la complicación que puede llevar a la muerte de un paciente no detectado oportunamente", advirtió.
La Secretaría de Alimentos retiró preventivamente las conservas, "no podemos determinar si la contaminación fue previa o posterior al proceso de elaboración".
Uno de los pacientes ya fue trasladado a salas común y el otro permanece con asistencia respiratoria, estable.
"El período de incubación es de 24 a 10 días, depende de la carga de toxinas y la frecuencia de consumo del alimento; se debe evitar comprar conservas en lugares no habilitados", recomendó a Cadena 3.
<h5>Sobre el botulismo alimentario
</h5>Se trata de una intoxicación grave, causada por la ingesta de potentes toxinas preformadas, que son producidas por la bacteria Clostridium botulinum, y que se encuentran en algunos alimentos contaminados.
La proliferación de la bacteria y la formación de toxina suele ocurrir en los alimentos de preparación casera mal procesados, enlatados o embotellados, así como en productos pasteurizados y apenas curados que se dejan sin refrigeración, sobre todo dentro de envolturas herméticas.
Los alimentos de mayor riesgo suelen ser: conservas caseras o realizadas en establecimientos sin habilitación (escabeches, frutas y verduras); productos con un bajo contenido de oxígeno y la combinación adecuada de temperatura de almacenamiento y conservadores insuficientes (pescados o carnes fermentadas, saladas o ahumadas); enlatados u otras conservas almacenados luego de manera inadecuada en el hogar (choclos, arvejas, pimientos, berenjenas).
En cuanto a la acción de la neurotoxina botulínica, cabe destacar que tiene como consecuencia la parálisis fláccida, y los signos iniciales son: fatiga intensa, debilidad y vértigo, por lo general seguidos de visión borrosa, sequedad en la boca y dificultad para deglutir y para hablar. También pueden observarse otros síntomas como vómitos, diarrea, estreñimiento y distensión abdominal.
La parálisis de los músculos respiratorios puede interrumpir la respiración y causar la muerte, aunque la mayoría de los pacientes suele recuperarse con diagnóstico temprano y tratamiento inmediato ?entre otras cosas la administración de antitoxina y asistencia respiratoria.