Nacionales Falleció Joaquín Piña

Murió el obispo que ganó una elección y evitó la reelección indefinida en Misiones

El obispo emérito de Puerto Iguazú murió mientras era sometido a una intervención cardíaca. En 2006, Joaquín Piña lideró una coalición política en Misiones que logró evitar la reelección indefinida en esa provincia.

8 de Julio de 2013

El obispo emérito de Iguazú, monseñor Joaquín Piña Ballevel, falleció este mediodía en el Hospital Austral, luego de haber ingresado en grave estado de salud tras sufrir esta madrugada un paro cardíaco causado por una obstrucción arterial límite en sus pies.

La agencia de información católica AICA y medios misioneros informaron que el jesuita de 83 años falleció a las 13.20 en el centro de salud de la localidad de Pilar.

"Este fin de semana, el padre Jorge Raúl Chichizola, párroco de Nuestra Señora de Itatí de Posadas -comunidad donde vive Piña- decidió su traslado. A pesar de la gravedad, no consiguieron pasaje para volar de Posadas a Buenos Aires y debieron trasladarse en automóvil a Puerto Iguazú, afrontando la tormenta que azotó la región, y el viaje agravó su delicado estado. Esta madrugada, el prelado jesuita tuvo un paro cardíaco y debió ser reanimado por el equipo médico", reveló AICA.

El sepelio está previsto a realizarse esta noche en Puerto Iguazú, cuando lleguen sus restos a la ciudad. Por estas horas, el obispado busca concretar el traslado en el avión sanitario de la provincia.

 

Candidato

Piña será recordado en el ámbito de la política local como el obispo jesuita que frenó la reelección indefinida, derrotando a Néstor Kirchner en una elección en Misiones. La historia se remonta al 2006, cuando el religioso catalán encabezó el Frente Unidos por la Dignidad (FUD) que compitió en una elección provincial de constituyentes, que busca imponer la reelección indefinida del entonces gobernador de la provincia de Misiones y aliado de Kirchner, Carlos Rovira.

En ese entonces, la candidatura de Piña, que sostenía como lema episcopal "para servir" había sido bendecida por el actual Papa Francisco, exarzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. "Que yo sepa Dios no tiene partido", ironizó el exmandatario fallecido durante un acto en Misiones, al apoyar la reelección indefinida de Rovira, mientras del otro lado, en el Episcopado, se llamaron a silencio, confiados en la victoria en las urnas.

El arrollador triunfo de Piña por 13 puntos significó el camino a una posible reconciliación entre el kirchnerismo y la curia, a la vez que despertó dudas sobre el papel político de la Iglesia y su rol opositor. "No tengo ningún problema en particular contra de Bergoglio, pero hay algunas cosas en las que disiento", le dijo Kirchner a Piña cuando lo recibió en su despacho de la Casa Rosada en mayo siguiente, a pocos días de celebrar cuatro años como Jefe de Estado.

"El Presidente me dijo que no tiene nada contra el cardenal Bergoglio. Tiene algunas diferencias, pero las podemos superar mediante el diálogo, al que él está abierto en todo momento", dijo Piña al salir de ese encuentro.

Esta contienda electoral tuvo vasta repercusión a nivel nacional, por cuanto el expresidente Kirchner había manifestado enfáticamente su apoyo al mandatario provincial. Lo cierto es que tras la contundente derrota de Rovira fueron desactivados similares proyectos reeleccionistas de otros gobernadores como el jujeño Eduardo Fellner Jujuy y el bonaerense Felipe Solá.

Aunque había sido crítico de las políticas del menemismo en los '90 y de los gobiernos pejotistas de Ramón Puerta y Rovira, esa elección consagró a Piña al triunfo y al retiro. Desde ese entonces se radicó puertas a dentro en la comunidad jesuítica de Posadas. Las ruedas de prensa, la campaña, las caminatas y la exposición lo habían agotado. "No me arrepiento de nada. Doy gracias a Dios por haber prestado un servicio a la Patria y a la Iglesia", aseguró Piña tras la victoria.