La comunidad de la parroquia Nuestra Señora de La Piedad se prepara para celebrar este domingo la festividad de la Divina Misericordia, una fecha profundamente significativa para la Iglesia Católica.

En diálogo con Elonce, el padre Horacio Correa, párroco de La Piedad, explicó que esta celebración tiene un valor especial este año, ya que se enmarca dentro del Año Jubilar, proclamado por el fallecido Papa Francisco como un tiempo de gracia y perdón. "Es un año en el que se abren las puertas de la misericordia, la puerta del cielo", expresó el sacerdote, al tiempo que invitó a los creyentes a vivir esta jornada como una oportunidad de reconciliación y renovación espiritual.

"Nuestro pecado no nos define. Seguimos siendo hijos de Dios y siempre podemos volver a empezar", sostuvo Correa, haciendo referencia a la parábola del hijo pródigo, como un símbolo del amor incondicional de Dios Padre.

Las actividades comenzarán el viernes con el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia y la misa a las 15, horario que se repetirá también el sábado. El domingo, día central de la celebración, se realizarán dos misas destacadas.

La primera tendrá lugar a las 9:30 en el cementerio municipal, con una intención especial por los difuntos. “Como cada domingo, rezaremos por el eterno descanso de quienes han partido, especialmente por quienes fueron sepultados esta semana. También habrá una bendición para sus familiares como signo de acompañamiento y consuelo”, explicó el sacerdote. Esta celebración contará con la participación de la Pastoral de la Salud y de ministros de exequias.

La segunda misa será a las 16 y estará presidida por Monseñor Juan Alberto Puiggari, en lo que se considera la misa central del día. Al finalizar, alrededor de las 17, los fieles partirán en peregrinación hacia la Catedral de Paraná por calle España.

Además, durante la jornada, sacerdotes estarán disponibles desde las 14 para quienes deseen acercarse al sacramento de la confesión, uno de los caminos centrales para recibir la indulgencia jubilar.

“Es un tiempo para volver a Dios, sanar el corazón, buscar consuelo y también recibir el abrazo de ese Jesús que nos perdona y renueva”, concluyó el padre Correa. Elonce.com