La obesidad es una enfermedad en aumento en Argentina y Entre Ríos, con graves consecuencias para la salud, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el 60,4% de la población adulta tiene exceso de peso, y un 25% padece obesidad en Entre Ríos. Este problema, ¿debería ser abordado sólo desde la salud pública o también con un cambio cultural a nivel individual y social?

El 41,1% de los niños de 5 a 17 años presentan exceso de peso, lo que plantea una preocupación mayor. Además, la Federación Mundial de Obesidad estima que entre 2020 y 2035 la obesidad infantil aumentará un 100%. Este aumento proyectado, ¿qué implicaciones tendrá para el futuro del sistema de salud y qué estrategias deberían implementarse para frenar este avance?

Los factores que contribuyen a la obesidad incluyen un estilo de vida poco saludable, la falta de actividad física y el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados. Ante esta situación, es clave promover una alimentación balanceada, mayor actividad física y reducir el tiempo frente a las pantallas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿cuál es el papel de las políticas públicas en la lucha contra la obesidad y cómo pueden ser más efectivas?

En esta ocasión, Florencia González Contador, licenciada en Nutrición, fue invitada a El Ventilador, programa que se emite martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas por Elonce.

“Me llamó mucha la atención el informe porque la raíz no es de hoy, sino el problema se presenta. Nació hace muchos años atrás y me parece que nace de la mano con nosotros. Nunca nos enseñaron a comer, nunca nos dijeron que hacer deporte era obligatorio. Antes teníamos más disponibilidad de espacios libres, el ambiente era mucho más seguro para hacer deportes, incluso en las ciudades. Esto fue disminuyendo con el tiempo y fue aumentando la disponibilidad de alimentos pocos saludables”.

“La publicidad y el marketing que va dirigido a los niños y adolescentes, que son los más vulnerables, y no solo pensarlo en otras poblaciones menos vulnerables, que no tienen acceso a esos alimentos. Eso también es un problema. Si bien, hoy en día, la obesidad es una enfermedad muy compleja, como población también es un problema muy complejo de abordar”, detalló.

Comer saludable “requiere de un proceso y de tiempo, pero también de educación. A nosotros nadie nos enseñó a comer. Es cierto y así venimos al día de hoy. No tengo tiempo de hacer el desayuno para los chicos y le compro un alfajor. Así también me pasa con estas jornadas laborales tan extensas que tenemos hoy en día. Mamá y papá, que trabajan los dos, requiere no solo de la educación que nos faltó, sino también de una planificación y de estrategias. La plata no me alcanza y también es otra problemática”.

“Si no tengo plata, cebollas, zanahoria, calabaza y repollo todo el año está disponible y baratas. Las puedo congelar, comer crudas, cocidas. Ahí voy ampliando mi abanico. No es esto que no puedo, sino de ver esto de cómo le encuentro la vuelta o cómo me asesoro para conseguir esto”, pensó.

Sobre la cultura de la comida denominada “chatarra”, mencionó que en el país se viene activando la cultura norteamericana: “Agregale un extra y quizás uno cuando va con hambre a la posibilidad de elegir, entonces tengo hambre y voy a comer más”.

“Comer tiene un componente de placer, de disfrutar. El tema es cuando agarro la comida y estoy tapando una emoción. No solo estoy tapando una emoción, sino también que tengo otro tipo de problema de salud mental como puede ser la depresión, la ansiedad. Como me genera esto tantas emociones negativas, lo compenso con esta alimentación excesiva. Esta alimentación excesiva nunca es algo saludable y nadie tiene un atracón con una manzana”, reflexionó.

La salud es importante para el ser humano y la especialista invitada a El Ventilador acotó que tiene su justificativo por “una cuestión de salud”. “Esto tiene que ser un trabajo de hormiga y no buscar la meta a largo plazo queriéndolo hacer corto. Si quiero bajar de peso, quiero bajar de peso para ayer y no para hoy. Enfoquémonos en la alimentación saludable, que nos va a dar una mejor calidad de vida, nos va a evitar un montón de enfermedades crónicas no transmisibles y enfocarme en que los desayunos sean los más acertados posible en cuanto a lo tradicional”, sostuvo.

“La educación es la raíz de todas las falencias y de triunfos también. Si elijo relleno de tarta, tengo que saber buscar en el rótulo donde están los ingredientes. Son letras chiquititas que nadie tiene ganas de buscar para saber cómo se lee esa información nutricional o cómo se leen los ingredientes”, comunicó.

Sobre el trabajo en la educación para una mejor alimenta, indicó: “Se está implementando cada vez más el tema de la educación, pero no de una forma tan estricta y tan formal. No existe la materia alimentación saludable. Quizás no con la intensidad para que el chico salga nutricionista, pero sí esto de que los chicos intervengan en su familia. Lo otro que se debería aumentar para paliar este tema de la obesidad sería más hora de actividad física en las escuelas”.