Al menos ocho ómnibus sin pasajeros fueron incendiados y algunos comercios fueron saqueados en San Pablo, mientras que en Río de Janeiro, Recife y Curitiba la policía reprimió a hinchas que se pusieron violentos tras observar en pantalla gigante el partido que Alemania le ganó 7-1 por las semifinales del Mundial.
"Al caer la noche, se produjeron hechos aislados de violencia en distintas ciudades del país. Prendieron fuego una estación de autobuses y desconocidos saquearon y vaciaron un local de electrodomésticos" en San Pablo, dijo la red O`Globo.
La quema de autobuses estacionados ocurrió en Sapopemba, en la periferia paulista; mientras que, en San Mateo, un comercio fue completamente destruido.
Cadenas de televisión locales indicaron que una calle fue cortada en Itaquera por gente con palos y neumáticos prendidos fuegos, descontentos por el resultado del partido semifinal y la humillación de Alemania a Brasil en el campo de juego.
Otro vehículo de transporte público fue prendido fuego en Villa Constanza, siempre en San Pablo.