Una paranaense alertó sobre las consecuencias que padeció tras ser "picada" por una oruga.
"Estoy en perfectas condiciones, pero es importante lo que les voy a contar, sobre todo para las que somos madres, tengamos mucho cuidado", manifestó en la víspera Luciana Zapata.
Dio cuenta de que "después de rozar un árbol con el hombro, mantuve un ardor fuerte, se fue intensificando, y esos pequeños globitos que se me hicieron en la piel, se convirtieron en una gran ampolla". Por esto tuvo que concurrir a la clínica Modelo, donde estuvo cuatro horas en observación.
Luego de hacerse público este relato, muchas personas se comunicaron con <b>Elonce</b> para hacer saber que habían observado orugas similares a éstas en árboles o plantas.
"Para llevar tranquilidad, <b>ya hemos tenido, al menos dos casos en Hospital San Martín</b>", comentó la especialista Analía Corujo.
Aclaró que "<b>hay medicamentos que se pueden utilizar si no hay antiveneno</b>".
Sobre el estado de salud de las personas que fueron atendidas en el nosocomio local, aseveró que <b>"<b>los casos evolucionaron muy bien</b>"</b>.
Por otra parte, aclaró que la oruga sobre la que especificó el relato la mujer que fue atendida en la clínica Modelo "era Automeris no Lonomia Obliqua".
<b>Sobre la Automeris</b>
El biólogo especialista en lepidópteros de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Hernán Beccacece, explicó que la oruga Automeris no implica riesgo alto. Simplemente da una sensación de ardor cuando entra en contacto con el cuerpo humano.
"Las orugas del grupo al que pertenece la automeris oberthuri tienen glándulas con toxinas asociadas a las espinas que presentan en su cuerpo. Al contacto con la piel, estas espinas se rompen y provocan la expulsión de la toxina en la piel. La sensación es como aceite hirviendo en la zona, de ahí el nombre común de bicho quemador", detalló Beccacece al diario La Voz hace un tiempo.