Dos toros de más de media tonelada cada uno chocaron frente a frente y murieron en el acto en una plaza al norte de España.
La tragedia ocurrió en Sangüesa, en Navarra, cuando dos toros quedaron sueltos en la plaza y desesperados por no saber adónde correr se encontraron cabeza a cabeza a plena velocidad.
El choque produjo la muerte instantánea de uno de ellos, un toro marrón que antes había sido azuzado por un aficionado a esta sangrienta fiesta.
El toro negro, que parece que iba a más velocidad, dio la impresión de resistir el impacto, aunque cayó tendido, con la boca arriba arriba y con los ojos desorbitados, en medio del dolor.
Más allá del lamentar lo que acababa de ocurrir, el público aplaudió el suicidio de los toros, e incluso algunos celebraron el suceso entre risas.
Los bovinos habían quedado sueltos en plaza para ponerse a prueba ante un matador en la tarde de ese día.
Otros toros iban a ser sueltos en las calles de Sangüesa para que los mozos se pongan en peligro delante de los bravos.
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