Con el objetivo de prevenir futuros brotes de dengue y mejorar la respuesta sanitaria, Entre Ríos amplió el sistema de monitoreo del mosquito Aedes aegypti, en articulación entre el Ministerio de Salud provincial y el Conicet.
La doctora en Biología e investigadora del Conicet, Nora Burroni, explicó que el dengue “es un problema realmente grave, porque las epidemias desde 2009 fueron cada vez más crecientes”. Recordó que “la última grande fue la de 2023-2024”, y destacó que desde 2020 se trabaja junto al Ministerio y los municipios “de manera masiva y coordinada”.
Coordinación con municipios y tecnología aplicada
Actualmente, 27 municipios forman parte del programa de monitoreo, que combina tecnología científica con herramientas prácticas para el trabajo local. “Se trata de un proyecto de transferencia de procedimientos, que busca acercar lo técnico y científico a lo cotidiano”, indicó Burroni.
La especialista explicó que el monitoreo implica “la colocación de sensores, el trabajo conjunto con personal municipal y la carga de los datos en una aplicación”. Este sistema permite que “los municipios reciban en tiempo real la devolución y las recomendaciones necesarias para definir las acciones de control”, agregó.
El comportamiento del mosquito y el clima
Por su parte, Jerónimo Amatti, integrante del área de Zoonosis de la Provincia, subrayó la importancia de los datos obtenidos junto al Conicet para entender el comportamiento del vector. “A través de esta información podemos determinar cuál es la etapa del año en la que el mosquito adulto está activo y puede transmitir el dengue”, detalló.
El monitoreo se desarrolla entre septiembre y junio, lo que permite identificar los picos de reproducción y las zonas de mayor riesgo. “Durante el invierno, el mosquito no está activo; fuera de esa temporada, los ejemplares que detectamos suelen provenir de otras áreas”, precisó Amatti.
El profesional también remarcó que las temperaturas elevadas influyen directamente en el ciclo del mosquito. “Vemos que su comportamiento está ligado al clima: prefiere los ambientes cálidos y templados, por eso el monitoreo es clave para anticiparnos a los brotes”, concluyó.