El arzobispo de Paraná, Monseñor Raúl Martín, confirmó en sus cargos a dos autoridades de la Arquidiócesis: el presbítero Eduardo Hugo Tanger como Vicario General y Andrés Sebastián Ríos como Ecónomo Arquidiocesano.

La continuidad de ambos fue establecida mediante decretos firmados por el arzobispo, en los que se especifica que conservarán sus funciones “con todos los derechos y obligaciones que el Derecho le confiere”.

Tanger fue designado Vicario General en septiembre de 2012 por el entonces arzobispo Juan Alberto Puiggari. Nacido el 14 de febrero de 1955, recibió la ordenación sacerdotal el 12 de diciembre de 1986, de manos de monseñor Estanislao Esteban Karlic.

Se recordará que el sacerdote protagonizó un hecho singular durante la pandemia de Covid-19. El 25 de junio de 2020, en el aniversario de la fundación de Paraná, realizó una ceremonia de exorcismo en el atrio de la Iglesia Catedral frente a la imagen de la Virgen del Rosario, con la intención de “expulsar la peste del coronavirus”. En su oración, invocó la protección divina para alejar la epidemia de la ciudad y pidió que “no haga mal a nadie” ni permanezca “en nuestros campos, pueblos, ciudades y hogares”.

Aquella ceremonia fue denominada por el propio Tanger como una “bendición deprecatoria contra la pandemia”. No fue la primera vez que se llevó a cabo un acto de este tipo en ese lugar: en 2010, el sacerdote José María Pincemín también realizó un exorcismo durante el Encuentro Nacional de Mujeres.

De acuerdo con el Derecho Canónico, el Vicario General es un sacerdote que asiste al obispo en el gobierno de la diócesis. Debe tener al menos 30 años, ser doctor o licenciado en derecho canónico o teología, o tener probada experiencia en estas áreas. Tiene potestad ejecutiva para realizar actos administrativos en toda la diócesis, salvo aquellos que el obispo se haya reservado expresamente.