Las últimas precipitaciones que inundaron Buenos Aires y La Plata dejaron la irreparable pérdida de vidas humanas y objetos, y pusieron de manifiesto una consecuencia invisible ante las catástrofes naturales: la astrofobia. Con ese nombre se conoce al miedo irracional a las tormentas, que pude disparar síntomas corporales o emociones con el solo alerta meteorológico.

Ante una crisis de astrofobia, la primera de las sugerencias es advertir que se trata de una fobia y contener o tranquilizar a la persona que transita la crisis, procurando que se relaje.

Después hay que informarle a la persona y a su familia que la fobia es pasajera y que se puede repetir toda vez que confronte empáticamente con el objeto que la provoca.

A continuación, se debe explicar a la persona que transita la crisis la íntima relación entre angustia y síntomas somáticos que se ponen de manifiesto ante el objeto de su fobia, evitando frases hechas como "todo pasará" o "más adelante se arreglará".

También hay que explicar que los mejores logros se realizan cuando más se trabaja en el problema.

En tanto, se recomienda destacar la importancia de cumplir con la medicación y las indicaciones del médico especialista. Fuente: Télam