El mismo está en una iglesia de Uribelarrea, partido de Cañuelas, Provincia de Buenos Aires. Camila fue cremada luego de ser desconectada el jueves pasado gracias a la nueva ley de muerte digna.
Fue la nena que se convirtió en el emblema de este nuevo derecho de los argentinos a morir dignamente. Su mamá, Selva Herbón, luchó durante casi un año por lograr esta ley. Comenzó su pedido luego de que tres comités de bioética declararan irreversible el estado vegetativo de Camila.
La nena nació muerta por una mala praxis, y nunca pudo hablar, escuchar, ver, caminar, moverse, sentir. Nunca tuvo conciencia de su ser. Selva y su marido, Carlos, clamaron para que la dejaran ir y así terminar con el calvario de toda la familia. En noviembre, Diputados le dio media sanción al proyecto, que se convirtió en ley cuando fue aprobada por Senadores.
A menos de un mes de la sanción, los médicos del Centro Gallego desconectaron a Camila, que tenía una traqueotomía, un botón gástrico y una tercera vía por la cual la nena, de tres años, era hidratada.
