Los jóvenes formaron parte del representativo nacional que trabajó durante casi dos años bajo la conducción de Andrés Gamarci y su cuerpo técnico. Ambos dejaron sus sensaciones de lo que fue la cita mundialista, la impresión de pensar que se podía haber estado más arriba y lo que simboliza para Talleres contar con jugadores a este nivel.
- ¿Cómo vivieron esta experiencia de disputar un Mundial?
- Lucio Retamar: Lo viví como si fuera la última vez que pueda llegar a vestir la camiseta de la selección, dejando todo en la cancha, sin guardarme nada y con actitud en lo más alto siempre positivo y nunca estando bajoneado. Más que nada fue disfrutar cada segundo que pasaba porque no todos los días jugas un Mundial con estos compañeros que me tocaron, por eso trataba de disfrutar y estar siempre alegre a pesar de cómo me haya ido", indicó Retamar.
- Juan C. Masset: Creo que cada Mundial es algo único que se vive una sola vez. Lo disfrute al máximo, cada día que estaba allá trataba de disfrutarlo porque sabía que no se volverían a repetir esos momentos inolvidables que pase con el grupo, que deja una alta competencia como esta. Lo disfruté desde dentro de la cancha, también dentro del hotel, en todo momento.
- ¿Qué sensaciones dejó el quinto puesto? ¿Soñaban con algo más?
- LR: Fue chocante al saber que ya no competíamos más por el campeonato que era nuestro mayor objetivo. En estos dos años de proceso nos habíamos enfocado todo para lograr levantar la copa y nos fuimos con ese sabor amargo de que podríamos haber dado mucho más en el torneo. Y queda la sensación es que a los rivales que quedaron encima nuestro podríamos haberlos superado, también sabiendo que podíamos perder.
- JCM: En el momento que quedemos descalificados sentía que el mundo se me caí abajo, sentí que ya no estaba en el mundo, me sentí sólo, vacío. Fue una decepción que nunca la había sentido en mi vida. Nuestra aspiración era salir campeones del mundo cueste lo que cueste y no lo logramos. Hay que reconocer que nuestro nivel de juego fue muy bajo, nada a comparación a lo que jugamos unas semanas atrás en Colombia; era como si nos transformados en otro equipo, no nos conocíamos dentro de la cancha. Pero en definitiva enfrentar a las potencias significó un gran orgullo, con todo el sacrificio que hicimos preparándonos todos los días durante dos años para llegar a tener ese nivel de juego al cual nos estábamos enfrentando.
- ¿Qué significa haber podido compartir con Lucio todo el proceso, que se conocen del club y comparten equipo hace mucho tiempo?
- JCM: Haberlo podido compartir con mi hermano de juego, porque somos como hermanos, fue algo espléndido. Hace 14 años jugamos juntos. Me hacía sentir muy bien en todo momento, en todo el Mundial. Lucio le daba alegría al grupo, es una persona con carácter único que no se enoja por nada y si no te está ahí para hacerte sentir bien y sacarte una sonrisa; aunque estés en tu peor momento que te querés morir y no hay nada por hacer, llega lucio y te dice algo y simplemente te cagas de risa. Así que vivirlo con él fue lo mejor y es unos de los mejores compañeros que he tenido en el deporte.
- ¿Qué enseñanzas te dejó haber participado durante todo el proceso de este seleccionado?
- LR: Las enseñanzas siempre son muchas. Pero estos años de trabajo te dejan muchas cosas para el día a día en el club, por ejemplo como poder llevar a un equipo adelante estando la mayoría decaídos. También uno aprende todas las cuestiones técnicas que puedo llegar a corregir y que les puedo a llegar a explicar a mis compañeros, pasarles lo que se aprende en la experiencia de la selección. Lo otro también es disfrutar todo el tiempo nunca dejar de disfrutar, siempre enfocado obvio, pero nunca amargándote por si no te salieron las cosas como vos querés ni por otras cuestiones tratando de disfrutar siempre.
- ¿Qué representa para Talleres haber tenido dos representantes en el Mundial?
- JCM: Más allá de nuestra participación, todo el softbol de Talleres se tendría que sentir orgulloso ya que en sus canchas nacen jugadores de élite y que llevan los colores a todas partes. Yo andaba con una bandera del CAT en la mochila la llevaba a todos los partidos, me sentía acompañado con sólo mirarla, sabía que mucha gente me estaba apoyando desde Paraná en cada momento.