El secuestro del tren de pasajeros Jaffar Express, con unas 400 personas a bordo, perpetrado el martes por insurgentes baluchis en la provincia paquistaní de Baluchistán, es el último de una serie de ataques recientes contra este tren, cuya ruta atraviesa una zona de insurgencia en el oeste de Pakistán.
El Jaffar Express conecta las ciudades de Quetta (Baluchistán) y Peshawar (Khyber Pakhtunkhwa), y fue atacado en el distrito de Bolar por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), un grupo insurgente local. Durante el ataque, los insurgentes detuvieron el tren en un túnel, apoderándose de la maquinaria y tomando cientos de rehenes, incluidos efectivos de seguridad.
Esta zona es especialmente difícil para las autoridades, ya que no cuenta con cobertura telefónica ni servicio de internet, lo que convierte a la región en un punto ciego para las fuerzas de seguridad y ferroviarias.
El BLA había advertido inicialmente que ejecutaría a los rehenes si las fuerzas de seguridad intervenían. Posteriormente, emitieron un ultimátum de 48 horas para que las autoridades paquistaníes liberaran a "presos políticos baluchis, desaparecidos y activistas de la resistencia nacional".
Contexto del conflicto
Baluchistán, la provincia más grande pero menos poblada de Pakistán, es rica en recursos naturales, lo que ha sido motivo de disputa. La insurgencia baluchi acusa al gobierno de Islamabad de explotar estos recursos con la ayuda de China, sin que los beneficios lleguen a la región. Grupos como el BLA luchan por la autonomía o independencia de Baluchistán, y la inestabilidad en la región afecta tanto la seguridad regional como el comercio en Asia Central y del Sur.
El conflicto en Baluchistán es una de las principales fuentes de tensión en Pakistán, y este nuevo ataque refleja las tensiones persistentes entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad del país.
El tenso enfrentamiento tras el secuestro del tren se ha extendido por más de 24 horas, con informes contradictorios entre las fuerzas de seguridad y los atacantes que dificultan el panorama respecto al número de rehenes y víctimas. La operación de rescate se ha prolongado durante el segundo día consecutivo, mientras las autoridades intentan liberar a los rehenes.
En su último comunicado, el BLA afirmó tener detenidas a más de 200 personas y amenazó con juzgarlas en un "Tribunal Nacional Baluchi" si no se cumplían sus demandas de intercambio de prisioneros en las próximas 24 horas. La principal exigencia de los insurgentes es el canje de los rehenes, muchos de ellos militares y oficiales de seguridad, por prisioneros baluchis.
"Solo le quedan 24 horas. Si Pakistán no logra avances prácticos en el intercambio de prisioneros dentro del ultimátum dado, todos los rehenes serán presentados ante el Tribunal Nacional Baluchi", advirtió Jeeyand Baloch, portavoz del BLA. Los insurgentes consideran a los militares paquistaníes como una fuerza de ocupación y afirman que los mismos serán juzgados por "atrocidades de Estado, ocupación colonial, genocidio, explotación y participación en crímenes de guerra en Baluchistán".
Fuentes oficiales han asegurado a EFE que la operación de rescate está "en su fase final". Informaron que se han rescatado 190 pasajeros y que durante la operación se han tomado medidas extremas para garantizar la seguridad de los rehenes. Sin embargo, aún se están determinando las víctimas fatales, ya que se están evaluando las consecuencias de la brutalidad de los terroristas.
Aunque no hay un recuento oficial de muertos o heridos, se sabe que al menos 27 insurgentes han sido abatidos, mientras que el BLA sostiene que 50 militares fueron ejecutados. La situación sigue siendo crítica y el desenlace aún incierto.