REDACCIÓN ELONCE
Ximena Rosso es una vecina de Colonia Ensayo que viene siguiendo de cerca la situación de las fumigaciones en la localidad. Recientemente, se dio lugar a un amparo colectivo ambiental, justamente, contra las fumigaciones.
Ante la resolución del amparo colectivo con respecto a la situación que viven los ciudadanos, argumentó: “Es bastante angustiante en un principio porque nosotros habíamos presentado un amparo a favor de los vecinos y se había prohibido las aplicaciones de agrotóxicos a más de 1.100 metros de Tierra Alta. Entonces a raíz de ciertas situaciones que se dieron con los productores e ingenieros, que estuvieron presentando recetas donde iban a fumigar en un predio que estaba prohibido, tuvimos que volver a hacer una presentación con la abogada porque nadie nos daba respuesta y se volvió a dar lugar a la demanda. Eso no quiere decir que esté resuelto”.
“Lo que pasa es que hay una nueva ley ahora que permite aplicar a 10 metros de las casas de familia. Para nosotros es una locura y ahora hay que volver a empezar, hay que controlar que no nos fumiguen cuando dormimos porque generalmente esta gente hace estas aplicaciones de noche para que nosotros no podamos tomarle registro de lo que están haciendo”, subrayó.
Luego volvió a recalcar: “Es una situación angustiante porque en la misma ley está reconocido el daño. Hay un artículo donde se incluyen las enfermedades asociadas a la exposición como riesgo laboral. No están negando que esto genera un daño y exigen que usen equipos de protección personal para la aplicación, entre otras cuestiones”.
También instó a los políticos de la comuna a tomar acciones: “Ya deberían realizar una ordenanza respecto de esto porque hay loteos nuevos. Ellos no ordenan esta situación, sí dan permiso de suelo. Aparte, hay que entender que esta comuna está gobernada por productores y que luego muchos de ellos vendieron e hicieron negocios inmobiliarios. Esto para tener mayor coparticipación porque para ser municipio debe haber mayor población, hicieron grandes barrios, vendieron y ahora no quieren respetar las condiciones de vida”.
Por tal motivo, aseguró: “Tuvimos que acudir a la Justicia como último recurso para que se hagan valer nuestros derechos humanos”. Luego, ahondó en la información de la peligrosidad de la aplicación de los agrotóxicos: “Todos los barrios están comprometidos”.