El Día Internacional de la Lengua Materna, se celebra cada 21 de febrero, buscando promover la diversidad lingüística, cultural y el multilingüismo. Fue proclamado por la UNESCO en 1999 y recuerda a los estudiantes asesinados en Bangladesh en 1952 mientras defendían el reconocimiento del bangla como lengua oficial.
Argentina posee una rica diversidad lingüística ya que además del español, se hablan al menos 15 lenguas indígenas como el quechua, guaraní, mapuche y wichí, entre otras.
En Entre Ríos el patrimonio lingüístico se debe a los pueblos aborígenes que habitaron este suelo. Las tres etnias más importantes fueron la cultura Chaná, Charrúa y Guaraní con su sistema del lenguaje propio.
En el caso de la lengua Chaná, Blas Jaime es un descendiente directo de esta etnia que ha dedicado su vida a la transcripción de la lengua oral de ese pueblo ágrafo.
El idioma chaná es parte del grupo lingüístico Charrúa-Chaná-Timbú, relacionado con otras lenguas indígenas de la región.
La historia y patrimonio de la cultura Charrúa se mantienen viva en el legado cultural entrerriano y los antiguos “pasos” de los charrúas, también llamados cachoeiras, dejan ver que se trataba de una lengua nasal, dura y gutural. Se ha documentado un sistema cuaternario de numeración, que fue adaptado con influencias europeas para incluir cifras decimales.
En el caso de la lengua Guaraní está más asimilada al presente y aún se encuentran dichos o palabras en el lenguaje cotidiano y se sigue hablando en algunos rincones da provincia.
La importancia de rescatar las voces de los antepasados consiste en que estas culturas no mueran ni queden en el olvido, y una de sus formas es a través de la transmisión de sus lenguas.
Por eso, la transmisión de estas lenguas son clave para preservar la identidad cultural.
La lengua materna no solo facilita la comunicación, sino que también es un pilar para transmitir tradiciones y valores culturales. En este día se reflexiona sobre su importancia en la educación inicial y en la inclusión social.