Andrés Rafael Randisi tiene 74 años y desde hace 29 vive en Angola. Es oriundo de Paraná; desde muy joven decidió ser misionero salesiano (lleva 54 años de vida salesiana) y consagró su vida a educar y brindarle las herramientas para un mejor porvenir a miles de jóvenes. Actualmente lo hace en el país africano. Su paso por la vida religiosa comenzó en Buenos Aires y la Patagonia.

Está en Paraná, visitando a su madre, que estuvo con una dolencia física, "afortunadamente ya está mejor", por lo que la semana próxima Randisi emprenderá nuevamente el viaje hacia el territorio africano.

Puso relevancia en que la comunidad salesiana e<b>n el país africano, son 90 sacerdotes, "66 ya son angolanos salesianos de Don Bosco"</b>, apuntó en <b>Entrevistas</b>.

Randisi dijo que <b>el trabajo en Angola se centra en "escuelas profesionales donde se enseña a los jóvenes a trabajar, además de la labor con puestos médicos. El otro trabajo es de evangelización, recorriendo las aldeas: aspiramos a que la fe no caiga, que crezca el trabajo de cada misionero</b>".

"Nos ayudan muchos voluntarios, chicos y chicas, que llegan a África, luego de terminar de estudiar; muchos de Argentina, además de matrimonios con sus chicos. Es un trabajo constante de educación, no solo con asistencia, promoción social y de desarrollo. Aspiramos a que los jóvenes tengan un oficio, una salida laboral", confió el sacerdote.

Al definir la ayuda que brindan en territorio africano, aseguró: <b>"Ver lo que hace falta, escuchar, hablar poco, comprometerse, hacer y ser activos"</b>.

"La paz llegó hace doce años, al menos en Angola no hay guerra, sí hay violencia, como en todos lados: la falta de trabajo es muchas veces la causa de que los jóvenes sean violentos, hay robos, además de la entrada de la droga que h ahecho desastres entre la población".

Expresó que el trabajo de los salesianos en ese territorio es además "de noche, salir por las calles de Luan (capital), que tiene 6 millones de habitantes, para recoger chicos y jóvenes, llevarlos a nuestros lares (hogares), para ver si pueden salir de la droga, aunque no es fácil".

"La democracia en Angola está dando pasos. En nuestra labor, el gobierno, al menos colabora con el pago de salarios de los maestros. Nos han dado tres escuelas agrícolas, con 250 chicos de diferentes edades. La condición que nos piden es que sean chicos de la calle, que han estado fuera del sistema escolar", contó Randisi. Elonce.com.