Robert Redford, el célebre actor y director estadounidense, falleció a los 89 años, dejando un legado cinematográfico imborrable. Más allá de su fama, su vida estuvo marcada por tragedias familiares y personales que dejaron cicatrices profundas.
Nacido el 18 de agosto de 1936 en Santa Mónica, California, Redford enfrentó adversidades desde su infancia. A los 9 años perdió a su tío David, una figura paterna y talentoso atleta, durante su servicio militar en el Tercer Ejército del General Patton. Dos años después, a los 11, fue diagnosticado con poliomielitis, enfermedad que lo mantuvo postrado varias semanas.
A los 18 años, Redford sufrió la muerte prematura de su madre, a los 40 años, mientras daba a luz a gemelos nacidos muertos. Esta pérdida lo llevó a consumir alcohol y derivó en su expulsión de la Universidad de Colorado, aunque poco después encontró su vocación en la actuación en la Academia Estadounidense de Arte Dramático, donde conoció a su primera esposa, Lola van Wagenen, con quien se casó en 1958.
La vida familiar del actor también estuvo marcada por tragedias. Su primer hijo, Scott, murió a las 10 semanas de vida por muerte súbita, mientras que su tercer hijo, James Redford, enfrentó problemas de salud desde el nacimiento, requiriendo múltiples trasplantes de hígado y enfrentando complicaciones durante toda su vida, hasta fallecer a los 58 años. Su hija Shauna sufrió la pérdida de su prometido en 1983, y Amy, también actriz, vivió la ruptura del matrimonio de sus padres.
En lo sentimental, Redford tuvo romances tras su divorcio de Lola. Mantuvo relaciones con Kath O’Rear y la modelo Nathalie Naud, y más tarde con Debra Winger y Sonia Braga, sin consolidar una relación duradera. Finalmente, en 2009 se casó con la pintora alemana Sibylle Szaggars, con quien compartió intereses por la pintura y el cuidado del medio ambiente.
Redford también fue un activista ambiental y cofundador del Festival de Sundance, apoyando la producción de cine independiente y documentales sobre causas ecológicas. Su hijo James fundó The Redford Center, una organización sin fines de lucro dedicada a concienciar sobre el medio ambiente a través del cine.
El actor, conocido por su pasión por la naturaleza y la vida al aire libre, compartió en 2018: “Me gusta el Oeste, las montañas, escalar, caminar, escuchar los ríos o el silencio de los bosques… Lugares donde me siento feliz”. Sobre la muerte, Redford expresó: “Probablemente pienso en ella. Es inevitable, pero puedo elegir vivir sin miedo y reírme de la muerte”. (con información de La Nación)