REDACCIÓN ELONCE
En Paraná, cada vez más personas trabajan como repartidores, ya sea en apps como PedidosYa o en cadeterías tradicionales. En general, lo hacen sin vínculo laboral formal, sin aportes ni cobertura frente a accidentes. Están por fuera de marcos legales que los protejan, pero sujetos a reglas que no pueden discutir.
Largas jornadas, poco descanso, el apuro del tránsito y la inseguridad son parte del día a día. ¿Cómo es salir a repartir bajo la lluvia, esquivando motos y colectivos, para entregar una hamburguesa a tiempo? ¿Qué respaldo tienen si algo sale mal?
Detrás de cada pedido, hay alguien que pedalea o acelera para cumplir. ¿Es posible mejorar esta forma de trabajo sin poner en riesgo el ingreso de quienes la eligen?
Cristian Grandoli, periodista, conductor de moto Uber y repartidor, fue el invitado de este jueves en El Ventilador, que se emite de 21:30 a 23:00 horas por Elonce.
En primer lugar, exclamó por qué se sumó a esta modalidad de trabajo: “Quienes llegamos a trabajar en una App, en mi caso que me manejo con Uber y DiDi, además de los que están en los repartos de comida, ingresan por la facilidad que tenés de acceder a un ingreso extra teniendo otro trabajo. Es una solución rápida”. En base a la rentabilidad, acotó: “Depende el caso, la manera de trabajar, la cantidad de horas, la intuición y de ir reconociendo cuándo y dónde puede llegar a haber movimiento. Los que se dedican puntualmente al reparto de comida, permiten trabajar con gente y ser repartidor”.
Además, confesó que en algunos casos existe el “alquiler” de las licencias en estas aplicaciones (está anotado con un nombre y aparece otra persona en el vehículo): “Es ilegal, pero convengamos que no hay un marco regulatorio para ninguna de las aplicaciones. A cada ciudad, jurisdicción, país le es imposible”.
Ante los conflictos recurrentes que hubo con los colectivos en la ciudad de Paraná y alrededores, muchas personas se unieron a la aplicación y decidieron tomarla como una vía de transporte en la actualidad: “Creo que le vino a solucionar la vida a mucha gente. Si bien es cierto que está en la lupa por un montón de cuestiones que tienen que ver con el marco legal, tanto para los usuarios como los que trabajamos no reparamos en esta cuestión”.
Asimismo, destacó: “En Paraná, creo que el casco urbano y de bulevares no es consciente de la expansión. Cuando estás llevando gente que va a laburar todos los días de Colonia Avellaneda al centro de Paraná o viceversa, empezás a entender el fenómeno de lo que le pasa en otras ciudades, de lo que le pasa al cordobés o al porteño”. También comentó que “el tráfico varía mucho. Es una caja de Pandora”.
En cuanto a la seguridad, mencionó que en su caso respeta la normativa nacional, pero esa situación “no se repite en todos los casos”. En consonancia, habló de la responsabilidad de llevar otra vida con el riesgo de producirse un accidente de tránsito: “Tiene que ver con la conciencia de cada uno”.
Luego enumeró los diferentes requerimientos de Uber: “Tenés que tener la cédula del vehículo o la moto, te piden antecedentes legales y el registro de conducir”.
Por otra parte, los precios pueden arrancar en $1.000, aunque aclaró que muchas veces puede modificar en base al tráfico, haciendo que el transporte en moto sea mayor al del auto. Lo más caro, a 25 kilómetros, puede llegar a salirte $6.000.
A pesar de las condiciones adversas, algunos conductores de moto ven con optimismo el futuro de la actividad, pero insisten en la necesidad de una regulación que les brinde mayor seguridad laboral. "El Gobierno debería intervenir y regular mejor el sector, pero también debería escuchar más a los trabajadores. Ellos son los que viven el día a día de esta actividad", opinó Cristian, destacando que el trabajo en plataformas de este tipo debe ser considerado dentro de un marco legal que proteja tanto a los usuarios como a los repartidores.
Cristian también hizo referencia a la creciente diversificación de los repartidores. "Hoy en día, no solo los jóvenes se suben a las motos, sino que hay personas de todas las edades que buscan esta salida laboral rápida", comentó, señalando cómo el fenómeno de la "uberización" ha ido cambiando la composición del sector laboral.