Pilar Sordo, la reconocida psicóloga y escritora chilena, llega a Paraná con su nueva conferencia "Exponencialmente Consciente", un espacio de reflexión profunda sobre la vida, el liderazgo y la conexión humana en un mundo acelerado. La ponencia está prevista para el viernes 4 de abril, a las 21, en el Centro de Convenciones; las entradas están disponibles en www.ticketek.com.ar
“De qué depende tu salud mental y la mía en tiempos tan caóticos, donde todo nos desestabiliza y tenemos que intentar mantenernos en eje a pesar de todo lo vivido afuera”. Es la pregunta a la que Sordo intentará brindar respuestas durante la propuesta en la que invitará a los asistentes a explorar el impacto de la conciencia personal y colectiva para afrontar los desafíos actuales con mayor claridad y propósito.
“Sin consciencia, sin darme cuenta de las cosas, es muy difícil caminar con lo que pasa a nivel individual y colectivo”, alertó la especialista al remarcar: “La consciencia, y el acto de aprender a darme cuenta, es lo que nos salva”; e instó a pensar “cómo pensamos porque es lo que nos da las respuestas”.
“En una analogía con el temporal, de mucha lluvia en poco tiempo, eso también ocurre en los procesos psicológicos: hay mucha intensidad en poco tiempo y falta capacidad para aprender a caminar por ese temporal de manera psicológica más saludable, para que no nos haga daño en lo cotidiano ni en nuestros vínculos”, aconsejó la reconocida psicóloga y escritora chilena. Y completó: “La forma en la que me hablo pareciera ser la determinante en el proceso de mantenerme relativamente en eje frente a la inestabilidad, tanto en lo que vivo como en lo que pasa afuera”.
Consultada a Sordo sobre la salud mental de los argentinos, ponderó que “es un país culto psicológicamente, terapiado, y conscientes de sus procesos”. Pero apuntó a una sociedad en la que somos “adictos al celular, buscando gratificaciones inmediatas, cuesta la concentración, una sensación de malestar emocional producto de la brutal dispersión que producen las redes, como el vivir en la insatisfacción de que se podría hacer mucho más o compararme con otros que hacen más”. “Todos esos desafíos, generan una sensación de desorden interno que requiere que aprendamos a ver oportunidades de crecimiento que permitan transitar los problemas con una mirada distinta, sin excusar el dolor, ni la crisis ni la angustia por lo que se está viviendo”, recomendó.
De hecho, destacó que “se aprende a convivir con aquello que no puedo controlar”. “Se entrena la actitud con la que vivo, se codifica dentro de una pauta de aprendizaje y predetermina mi forma o la diferencia. No somos lo que nos pasa, sino que somos lo que hacemos con lo que nos pasa: preocuparme por entrenarme para vivir eso que me pasa de la mejor manera”, recomendó.
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