En la madrugada de este martes, alrededor de la 1, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza un avión con siete ciudadanos argentinos deportados de Estados Unidos por la administración de Donald Trump. Se trató del cuarto vuelo en lo que va del año, en el marco del endurecimiento de la política migratoria norteamericana contra quienes ingresaron de manera irregular, vencieron sus visas o tuvieron causas penales.
El traslado se realizó bajo estrictas medidas de seguridad. Los pasajeros llegaron a bordo de un Airbus A320-214 de la empresa GlobalX, contratada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y tras una escala en Guayaquil, Ecuador, fueron recibidos en la terminal aérea de Buenos Aires.
La espera de los familiares
Los deportados salieron por la puerta FBO VIP Club, utilizada para servicios especiales, donde un pequeño grupo de familiares aguardaba desde temprano. “Se fue con 18 años, hace más de 25 que vive en Florida. No sé con qué me voy a encontrar. Todos fueron detenidos de un momento a otro, perdieron todo lo que tenían”, expresó una mujer que recibió a su hermana, quien había trabajado como mesera y estuvo más de cuatro meses detenida en centros migratorios.
La misma familiar relató las condiciones del encierro: “Al principio estaba en un lugar donde tenía cama, pero luego la trasladaron a un centro militar, donde dormía en el piso. Podía llamar algunas veces, solo ocho minutos, y no sabíamos cuándo volvería a comunicarse”.
Otra mujer, oriunda de Misiones, aguardaba por su sobrino. “Él tenía su departamento, su trabajo, su camioneta, y le quedó todo allá. Vienen con lo puesto, con la ropa que tenían en el momento que los detuvieron”, explicó.
Procedimientos y destino
Ya en suelo argentino, los deportados pasaron por Migraciones y luego fueron liberados alrededor de las 2, acompañados por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Cuatro de ellos salieron a pie con apenas pequeñas bolsas de pertenencias, mientras que los otros tres fueron trasladados en un vehículo policial sin que trascendiera su destino.
Fuentes vinculadas al operativo señalaron que entre los casos se encontraban situaciones de “explotación sexual” y “conducción en estado de ebriedad”, aunque no hubo mayores precisiones oficiales.
Deportaciones en aumento
Con este vuelo, ya son casi 50 los argentinos deportados desde Estados Unidos en los últimos cuatro meses. El primero llegó el 12 de junio, luego el 11 de septiembre y el tercero el 26 de septiembre, con distintos grupos que oscilaron entre 10 y 15 personas.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que en total “dos millones de inmigrantes ilegales han salido de Estados Unidos en menos de 250 días, incluyendo 1,6 millones que se han ‘autodeportado’ voluntariamente y más de 400.000 deportaciones forzadas”.
La Embajada de Estados Unidos en Argentina recordó recientemente que “el control de las visas no termina cuando se emite; si los titulares no cumplen con las normas migratorias, sus visas serán revocadas y serán deportados”.
Voces críticas
Entre los familiares hubo cuestionamientos a los procedimientos. “Dicen que con Biden entró mucha gente a delinquir, pero ahora también deportan a los que fueron a trabajar. Si alguna vez estuviste ilegal, aunque después hayas regularizado, te sacan igual”, sintetizó una allegada. (La Nación)