Mauro Icardi y la China Suárez parecen inmunes a cualquier tormenta mediática que se gesta a su alrededor. Mientras los rumores y las polémicas se multiplican en la Argentina, la pareja elige la distancia de Estambul para refugiarse en su propio mundo y compartir escenas de complicidad y amor en sus redes sociales, lejos del ruido local y bajo el sol de Turquía.
Y es justamente a través de sus cuentas de Instagram donde van abriendo, de a poco, las puertas de su intimidad: reencuentros, festejos, y declaraciones cargadas de sentimiento.
“Nosotros, la envidia de muchos, el deseo de todos, la razón del murmullo con el final que nadie creyó posible, la prueba de que lo real existe, la calma que incomoda, pero sobre todo el reflejo de lo que les falta”, escribió el futbolista.
Rumores y controversia
Sin embargo, la felicidad compartida enfrentó el murmullo de las controversias.
En las últimas semanas, el delantero de Galatasaray quedó en el ojo de la tormenta tras la filtración de un video íntimo, episodio que terminó desatando una andanada de comentarios, debates y especulaciones en todo tipo de plataformas digitales.
A pesar de esto, la pareja optó por el silencio estratégico y la demostración pública de cercanía, eligiendo mostrarse juntos y sonrientes ante el desafío de una exposición que, lejos de debilitarlos, parece fortalecerlos.
La actriz Eugenia “La China” Suárez estaría en tratativas para llevar a la justicia a Jazmín “La Cuerpo” Salinas por haber difundido mensajes privados del futbolista Mauro Icardi en donde le pediría encuentros sexuales o contenido para adultos a la activista trans.
“Atacan su intimidad grotescamente”
Según se supo en las últimas horas, Suárez habría presentado una medida cautelar por supuesta violación de un secreto de mensajes o difamar a una persona, a través de su abogado Agustín Rodríguez.
Por esa vía es que la intérprete presentaría la medida en donde acusa de que los chats son falsos y que, el delantero del Galatasaray o incluso la misma Suárez, nunca se habrían comunicado con la influencer, como Salas lo mostró en sus redes sociales.
“No es casualidad, que, con una diferencia de horas, la aquí demandada haya comenzado a publicar conversaciones falaces e inventadas con el fin de dañar a nuestra representada. Si mi clienta le hubiera escrito por privado, también sería un delito difundirlo. Los chats difundidos atacan de modo grotesco su intimidad, que, desde ya, desconocemos”, sostendría Rodríguez. (Fuente: Teleshow-NA)